Publicidad responsable

Podemos discutir un buen rato sobre el objetivo final de la publicidad, podemos tener diferentes ideas de lo que intenta el creativo cuando piensa en el desarrollo de una campaña, en la creación de un spot de televisión, cuando decide cómo será la grabación de una cuña de radio, el diseño de un faldón de un periódico o cualquier otro objetivo comunicativo que le hayan encargado.

Siendo práctico, y creo que de esto conozco un poco, la meta principal, por mucho que a veces pueda estar oculta, es vender, conseguir que el público final que recibe la campaña se decida por lo que ésta ofrece. A veces, cierto, podrá ser un objetivo “lateral”, por llamarlo de alguna forma, al que podemos llegar igualmente dando un poco de rodeo: mejorando la imagen de marca o levantando un relato inicial al que más adelante pondremos la guinda. Pero casi siempre la finalidad se alejará muy poco de los propósitos comerciales.

Por eso es especialmente memorable cuando se consigue mezclar con maestría la construcción de un mensaje coherente con la creatividad más exquisita, esas campañas que nos sacan una sonrisa auténtica, primitiva o que nos dejan con el nudo en la garganta unos días mientras repensamos en nuestro interior la grandeza de la narración a la que nos hemos expuesto.

Las herramientas han cambiado, no podemos negarlo, pues a los medios tradicionales ahora se le han unido los digitales y sus cientos de opciones (adwords, remarketing, programática, RTB, etc…) pero las técnicas de siempre siguen vigentes y, por encima de todo, contar una buena historia sigue siendo una de las mejores formas de conseguir que una acción publicitaria se convierta en épica. Si además añadimos la responsabilidad al mensaje, miel sobre hojuelas, ya sea social, corporativa o sobre cualquier otro aspecto que afecta a nuestras vidas en el momento del impacto.

Últimamente me han gustado especialmente las campañas del Norwich City, un equipo de futbol inglés que ahonda en el gravísimo problema de la salud mental, con un spot que te llega al alma y con un final del todo inesperado. Búscalo en Google. También me encantó el enfoque de McDonalds con su campaña “El pedido más esperado”, poniendo en valor el trabajo en el campo español, incluso antes de las actuales protestas, sin duda un tema candente con el que cualquiera se debería sentir identificado.

Son sólo dos ejemplos de que se puede seguir haciendo publicidad con corazón, aunque tus objetivos sean comerciales, ¿qué problema hay? Las empresas permanecen sólo si venden, así pagan salarios, así se mueve el mundo. Aquí el que escribe vive de eso y rompe habitualmente lanzas a favor de, sin olvidar esas intenciones, por supuesto y también ser veraz y ético en tus comunicaciones. Llegarás más lejos si lo haces de manera sincera.

Impulsar una marca no debería estar reñido con ser y sentirte responsable, ya seas una empresa, una agencia de marketing o el propio medio de comunicación que trasladará tu mensaje. Realmente no es que no deba estar reñido, es que debe ser necesario.

Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
Publicado en La Verdad de Murcia
Febrero 2024

Impulsos: Junio 2023

Estas últimas semanas he divagado sobre ciertos conceptos que me rodean empresarial o personalmente, abro así una nueva sección del blog para comentar ideas y pensamientos de manera más breve. Se llamará “Impulsos”

Sobre el crecimiento empresarial:

Suelo leer libros de empresa para intentar mejorar la forma en la que gestiono mi negocio, el modo en que me relaciono con los empleados, clientes y proveedores, cómo afronto los problemas o cualquier otra cosa que vaya surgiendo en la vida corporativa y que los autores me cuentan desde su experiencia personal y profesional.

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Casi todo el mundo que escribe se centra en las mismas recomendaciones, enfocándolas desde diferentes puntos de vista, claro, pero pocos le han dado una vuelta al asunto como lo que he encontrado en “Reinicia: Borra lo aprendido y piensa la empresa de otra forma” de David Heinemeier Hansson y Jason Fried.

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En este libro encontrarás otro prisma por momentos rompedor e incluso radical con el que, debo reconocer, muchas veces me siento totalmente identificado, especialmente en el capítulo titulado: “¿Crecer, ¿por qué?”, dilema con el que me encuentro a diario en mi agencia, habiendo llegado all punto de valorar si merece o no la pena hacerlo.

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En ello estamos y para empezar hemos decidido aceptar sólo nuevos proyectos con los que nos sintamos bien, e incluso hemos dicho que no a algunos que ya habíamos comenzado pero se estaban torciendo (por H o por B), esos que antes teníamos que “tragarnos” por no perder negocio y que ahora no nos merecen la pena personalmente, sin importar el dinero.

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Puede sonar a chulería o a cualquier otra cosa, pero hace tiempo que en N7 estamos más sanos mentalmente, más cómodos en nuestro día a día, y más fuertes para todos los demás proyectos en los que dejarnos la piel, que son (afortunadamente) muchos más y mejores.

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Sobre marcas y modelos empresariales:

Hoy he tenido una reunión de trabajo muy interesante.

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He quedado con una persona que no conocía para proponerle unas acciones publicitarias tras haber leído algo en redes sobre su empresa. Me ha recibido en su oficina (sigo siendo muy fan de las reuniones presenciales) y hemos estado hablando un buen rato de lo divino y lo humano, esas veces que notas que conectas profesionalmente con alguien.

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Cuando me ha tocado explicar lo que hacemos en N7 y los clientes con los que trabajamos me ha venido sobre la marcha a la cabeza un símil e improvisando totalmente le he dicho que algunas agencias son con Ralph Lauren, focalizándose en ellas mismas tanto o más que en sus clientes, consiguiendo que éstos quieran presumir de trabajar con ellas, dispuestos incluso a lucir un caballo gigante en sus productos, algo que no voy a criticar porque seguramente les abre puertas y les da caché. Un tipo de caché.

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Siguiendo con la metáfora, otras agencias son más bien como Lacoste (llevaba puesto uno de sus polos y el cocodrilo me ha debido inspirar): son excelentes en calidad precio, cumplen con creces su cometido, no hacen tanto ruido para ellas mismas y están enfocadas totalmente a sus clientes. Y además dentro de 10 años seguirán ahí, llueva o truene, con la misma calidad y eficiencia. Otro tipo de caché.

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No sé si la comparación me ha salido del todo redonda, espero que se entienda, pues estoy seguro de que esto que cuento es aplicable para muchos otros sectores.

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¿Tu empresa, de cara a sus clientes, es Lacoste o Ralph Lauren?


Sobre branding y geometría:

La geometría como protagonista de los logos más famosos del mundo.

Qué importante es dedicar el tiempo necesario a la hora de diseñar una imagen de marca, algo que persista al paso del tiempo y a la vez sea siempre adaptable y en crecimiento.

Me encanta esta pata del marketing y qué suerte tengo de contar en la agencia con los mejores en este campo.

Fuente: Behance

Los retos de la comunicación empresarial para 2023

Un año más, y este 2023 que comienza no será diferente, el marketing, la comunicación y la publicidad continúan experimentando un cambio radical debido, entre otros factores, a la evolución de las tecnologías y a la forma en que los consumidores interactúan con las marcas y las empresas. En este contexto de altísima competencia, resulta clave la adaptación rápida y eficiente a las nuevas tendencias para no quedarse atrás. Entre ellas destacan el uso de datos y la inteligencia artificial, el contenido generado por el usuario y las redes sociales, la publicidad programática y la importancia de la personalización y la autenticidad en las estrategias de marketing.

La recolección y el análisis de datos sobre los consumidores permiten a las empresas conocer mejor a su público objetivo y, por lo tanto, ofrecerles productos y servicios más personalizados y relevantes. La inteligencia artificial, por otra parte, nos permite automatizar tareas y mejorar la eficacia de las campañas publicitarias. Además, y esto es clave en mi sector, el contenido generado por el usuario y las redes sociales son cada vez más importantes en la comunicación de las marcas, ya que permiten llegar a los clientes de manera auténtica y crear relaciones duraderas con ellos. La publicidad programática es otra tendencia que está ganando fuerza, ya que permite a las empresas llegar a su público objetivo de manera más precisa y eficiente.

La personalización y la autenticidad son dos valores clave en esta nueva era de marketing, comunicación y publicidad. Las marcas deben mostrar su humanidad y conectar con sus clientes de manera auténtica. Esto se logra mediante el uso de contenido relevante y personalizado, el diálogo con el público y la transparencia en las operaciones, gestión y trabajo diario.

Además de estas tendencias, el branding, la comunicación corporativa, la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) e imagen de marca son fundamentales para el éxito de una empresa en la actualidad. El branding (proceso de creación y gestión de una marca), es esencial para diferenciarse de la competencia y conectar con los clientes. Una buena estrategia en este ámbito permite a las empresas crear una imagen positiva y memorable en la mente de los consumidores. La comunicación corporativa permite a las empresas comunicar sus valores, su misión y su visión de manera clara y consistente, tanto interna como externamente. Esto nos ayudará a crear una cultura sólida en la empresa y a generar confianza en los clientes. La RSC es una tendencia cada vez más importante en el mundo empresarial, ya que las empresas deben asumir su responsabilidad en el impacto social y ambiental de sus operaciones y trabajar para mejorarlo. Finalmente, la imagen de marca es clave para generar confianza y lealtad entre los clientes y diferenciarse de la competencia.

Parece complicado, parece complejo, pero no hace falta ser muy listo para entender que estos desafíos son una oportunidad para mejorar y crecer, y las empresas que sepan aprovecharlos se mantendrán competitivas en el mercado. Es fundamental estar preparado para enfrentar estos retos y tener una estrategia sólida de comunicación y marketing que permita a las marcas mantenerse competitivas y relevantes en un mundo cambiante.

Y ahí cobra especial importancia hacer las cosas con conocimiento, dirá un profesional.

Y con cariño, añado yo.

Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
Twitter: @nachotomas
La Verdad de Murcia
Enero 2023

N7, 11 años contigo

Montar una empresa es fácil, lo chungo es mantenerla y no hace falta que nadie diga lo complicado que supone pasar la decena de años. Ser parte de un negocio que paso a paso se convierte en algo grande genera una mezcla de orgullo y responsabilidad complicada de explicar con palabras. Tener un equipo cada vez más grande, un listado de clientes cada vez más amplio, un abanico de servicios cada vez más completo.

Ser parte de N7 es comenzar cada día con la ilusión de encontrarnos algo diferente, un mundo (el de la comunicación) que cambia cada minuto, que evoluciona a una velocidad que no permite dormirse nunca, convirtiendo en un precioso reto cada nuevo cliente, cada nueva campaña, cada nuevo acierto. No hay palabras para describir lo que disfrutamos con nuestro trabajo y eso se nota en el cariño que ponemos a lo que hacemos y en el que recibimos de nuestros compañeros de viaje.

Ha llegado 2021 y tras el shock mundial de la pandemia cumplimos 11, a punto de la docena y con más ganas que nunca de seguir caminando al lado de cada día más marcas. ¿Quién nos iba a decir allá por 2010 cuando comenzamos a rodar haciendo sencillas páginas web que llegaríamos a donde estamos?

No hay otro secreto que el trabajo duro, la empatía con los clientes y los empleados, la educación y buenas maneras, la formación continua y las ganas diarias de hacer las cosas bien, con entrega y mucha pasión.

Mientras no perdamos nada de este cocktel creo que podremos seguir creciendo, pasito a pasito, con mano firme y como dije en una entrevista hace poco, transmitir con tranquilidad, serenidad y seguridad la idea de que “Elegir N7 es tener la tranquilidad de estar en buenas manos”

Ahora a por otros 11 años. ¡Y que tú los veas!

Ratoneras

Si metes una rana en agua hirviendo saltará del recipiente instantáneamente, pero si la metes en una olla a temperatura ambiente y la vas calentando poco a poco hasta la ebullición, se quedará frita sin darse cuenta. Esta metáfora, conocida como “El síndrome de la rana hervida”, sirve para explicar la situación en la que mucha gente se encuentra en el trabajo, en sus relaciones o, de esto hablaré hoy, en la información que recibe, procesa y posteriormente comparte.

Acaba de comenzar el curso (que los años también empiezan en septiembre no es negociable) y ya tenemos encima de la mesa el lío de siempre. No se trata de algo nuevo, la historia se repite (que se lo digan a los guionistas de Dark) y no es la primera vez que hablo en estas páginas sobre los bulos, las fake news y la comodidad de no comprobar nada de lo que pasa por nuestras manos.

Tres ejemplos muy recientes: los nuevos requisitos para optar a los Oscars, el parón de Astrazeneca en el desarrollo de su vacuna contra el Covid-19 y el posible Premio Nobel de la Paz para Donald Trump. Noticias que, según dónde las leas, oigas o veas (no podemos echar la culpa siempre a las redes sociales), te harán reaccionar de una manera u otra. Al fin y al cabo, dirás, es lo de siempre, medios tendenciosos que arriman el ascua a su sardina. Pues sí pero no. Porque en el maremágnum diario de información, nosotros como usuarios tenemos una responsabilidad importante ya no en lo que leemos, que lamentablemente en muchos lugares es opinión en lugar de información, sino en lo que compartimos. No podemos mirar a otro lado haciendo cada vez la bola de nieve más grande.

Dedicar tres minutos a ampliar información y no generar bilis es saludable tanto para tu cabeza como para tu estómago. Hazlo, leches, y hazlo ya y siempre.

Las supuestas políticamente correctas nuevas reglas para los premios de Hollywood no son lo que parecían, al Presidente estadounidense lo ha propuesto para Nobel de la Paz un parlamentario noruego (como podría hacer miles prácticamente cualquier persona anónima presentando a la Abeja Maya) y los reveses en el desarrollo de una vacuna son habituales en cualquier proceso científico, faltaría más. Por cierto, Miguel Bosé sigue missing.

Cambiemos la rana por un ratón y en lugar de olla con agua hirviendo aparecerá una ratonera, esa trampa en la que sin darnos cuenta caemos una y otra vez. Las hay de todo tipo. Y las peores, sin duda, son las mentales.

No es difícil aprender a esquivarlas.

Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
16 de septiembre de 2020

El último baile

Antes de que Andrés Montes y Antoni Daimiel renovaran la manera de ver el baloncesto NBA para la audiencia española de este siglo, hubo una figura llamada Ramón Trecet que a los del pasado nos sacaba de la cama a deshoras con su “Cerca de las estrellas”. Suelen venirme a la mente habitualmente esos rótulos sobreimpresionados a prácticamente pantalla completa con el nombre de los contrincantes, marcadores y tiempo de juego. Qué arte gráfico el de los 80.

Pasaban por nuestras televisiones de tubo a intempestivas horas los míticos equipos y jugadores con los que forrábamos nuestras carpetas y queríamos imitar en los recreos mediante rudimentarios concursos de mates y triples: Lakers, Celtics y Pistons, principalmente. Había otros, sí, pero en mi opinión estaban lejos, muy lejos. Quizá los Atlanta Hawks y como mucho Utah Jazz. Pero por encima de todos estaba el irrepetible Michael Jordan y sus Chicago Bulls. Más aún para un crío de 14 años como tenía yo en su primer anillo.

Netflix ha lanzado “The Last Dance”, un documental que trata magistralmente todo esto, desde diversos ángulos narrativos, con el deporte como hilo conductor pero aderezado con todo lo que no ven las cámaras a pie de cancha: dramas familiares, problemas personales, envidias, celos, anécdotas, peleas, dinero, desgracias propias y ajenas, lucha de egos y muchos complejos orbitando alrededor de la enorme figura nacida en Brooklyn. Y yo sin saberlo cuando el año pasado me compré su gorra en NYC.

Sorprende en primer lugar que este infinito metraje de abismal calidad a nivel relato haya estado oculto todos estos años, hablamos de un periodo de tiempo que principalmente abarca desde 1991 a 1998, aunque los saltos necesarios para entender ciertas tramas laterales pueden llevarnos muchas décadas atrás. Se trata de una delicia visual, no solo por la calidad y definición en sí unas las imágenes grabadas hace treinta años, sino por la inmensidad cinematográfica de escenas, tomas, planos y secuencias, dignas del mejor director actual, que dibujan a “His Airness” afrontando su último baile con tanto paso firme como tropezones. Diez capítulos que valen su peso en oro, mostrándonos qué diferente es lo que se vive dentro y se siente fuera de la cancha. Una joya como pocas en los últimos años. Solo por estas diez horas merece la pena pagar un año entero de esta plataforma de streaming.

Aún temblando tras disfrutar la última entrega, lanzo esta moraleja: Qué bueno debe ser saber cuándo será tu último baile. En cualquier faceta de la vida.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
20 de mayo de 2020

Air Canada, tenemos un problema

El lunes fue el día perfecto para vivir intensamente Twitter, un medio rápido y efectivo para informarte en tiempo real (solo de cuentas oficiales y medios de comunicación decentes, por favor) cuando sucede algo de la envergadura del ya famoso vuelo de Air Canada.

Antecedentes rápidos: un avión Boeing 767 destino Toronto revienta una rueda del tren de aterrizaje al despegar de Madrid, afectando también a un motor. Decide volver pero antes, por protocolo de seguridad, debe gastar el combustible al no disponer del mecanismo para soltarlo, por lo que comienza a dar vueltas a baja altura por los alrededores de la capital, provocando la sorpresa inicial de varios tuiteros, subiendo vídeos de la aeronave encima de sus cabezas. A primera hora de la tarde Enaire (el gestor de navegación aérea en España) y Sepla (Sindicato de Pilotos de Líneas Aéreas) comunican la situación con sendos tuits y comienza una tarde de tensión en la que todos tenemos un ojo en las cámaras en tiempo real desplazadas a Barajas y otro en las redes sociales donde la información va fluyendo con cuentagotas. Un aeropuerto que esa misma mañana había tenido ya lío con unos drones dando por saco por donde no debían. Hasta en situaciones como esta la gente tiene un lado de humor negro que, unido a los mensajes tranquilizadores del comandante (que también se filtran en Twitter), consiguen sacar alguna sonrisa dentro del nerviosismo generalizado, en forma de memes que ya circulan como pólvora entre manos de retuiteo fácil.

Comienzan a correr los primeros vídeos de los pasajeros grabados desde dentro. Carlos Castañeda, uno de ellos, comparte con envidiable sangre fría el interior de la cabina diciendo literalmente: «Estamos todos tranquilos en el vuelo de #aircanada, que nadie se preocupe. Dicen que sólo hemos perdido una rueda». Posteriormente muestra cómo un F18 del Ejército del Aire se les acerca para evaluar los daños desde muy cerca, sin duda el vídeo más flipante de la tarde, añadiendo irónicamente el hashtag #meenseñastusbajosyoteenseñolosmios ¡Hay que tenerlos cuadrados, Carlos!

La tarde va pasando lentamente y gracias a las aplicaciones que monitorizan los vuelos comerciales (llamadme friki, pero me encanta montarme mis películas cuando veo un avión en medio del campo y puedo saber de dónde despegó y hacia dónde se dirige) podemos ver cómo el AC837 continúa dando vueltas en círculos durante cuatro horas, lo cual tranquilizaba bastante, hasta el deseado aterrizaje final sin complicaciones.

Lo bueno de Twitter fue vivir en tiempo real esto que estoy contando detalladamente a toro pasado. Estas cosas me magnetizan, no puedo evitarlo, más aún con el feliz desenlace. Para muestra las declaraciones cuando todo acabó de alguien de la Guardia Civil: «El dispositivo ha funcionado tan bien que ha parecido un simulacro». Pues menos mal y muchas gracias.

Qué gusto saber que estamos en buenas manos.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
5 de febrero de 2020