El riesgo de automatizarnos

Una gran empresa local gastó el pasado año muchos euros en varias campañas publicitarias tradicionales: TV, radio y prensa. Fueron muy efectivas. Además dedicó un gran porcentaje de su presupuesto a los medios online. Bien tratados, también fueron muy efectivos. Esta gran empresa cuenta con un departamento de Marketing muy preparado y apuesta por implementar la mayoría de las novedades que desde éste le recomiendan, tras un concienzudo proceso de evaluación y planificación, claro está.

Pues señores, esta compañía (ficticia) pudo ser cualquier de las que nos rodean, y pudo pasar a la historia por un motivo mucho más banal. Y mucho más barato.

Trampa
Foto de Pixabay.

Hace unos días vivimos el revuelo formado tras la aparición de un perfil en Twitter llamado @muerenpocas, donde se fomentaba la violencia contra las mujeres. En pocas horas todos nos enteramos de la existencia de esta cuenta, y tras las denuncias de muchos usuarios, se procedió al cierre de la misma. Lo gracioso del asunto es que ya contaba con varios cientos de seguidores, entre los que había más de una empresa. Es lógico pensar que lo hicieran sin ninguna intención, pero quién sabe si dentro de algún tiempo se pueda considerar delictivo alguno de estos comportamientos. O aunque no sean un delito a nivel legal, pueden serlo a nivel imagen, tirando por tierra cualquier otra acción de marketing estratégicamente planeada.

Es habitual, con mayor o menor medida, ver como mucha gente utilizar herramientas y aplicaciones para programar tweets, realizar auto-follows, retweets automáticos y otras acciones semejantes, corriendo el riesgo de que, sin darnos cuenta, estemos siguiendo a una de estas cuentas, compartiendo su contenido o cualquier otra burrada. No es la primera vez que un tweet mío es retuiteado por un cuenta en un exótico idioma, sólo por haber puesto #marketing, por ejemplo, como hashtag.

Dentro de estas herramientas hay algunas que considero muy útiles, siempre que sean correctamente utilizadas. En mi cuenta personal no utilizo ninguna app ni herramienta externa, pero a nivel profesional sí creo necesario aprovechar, a veces, la fuerza que puede proporcionarnos alguna de ella. Aunque siempre con un control posterior, para evitar situaciones como la descrita.

manage flitter
Manage Flitter, para realizar auto-follows en Twitter

También hay otras que considero chorradas prescindibles como las que dicen (y tuitean) cada dia los nuevos seguidores, las que hacen listas sobre sus mejores amigos ordenándolos por criterios pre-adolescentes, o las que se encargan de realizar followback automático a cualquier seguidor (aunque sea un partido político nazi, una empresa que vende consoladores o el vecino buscabroncas que sólo escribe animaladas).

Pero bueno, para gustos los colores.

Resumiendo:
Cuidado con lo que hacemos y cómo lo hacemos, en cualquier momento podemos formar parte de un problema.

 

 

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6 respuestas a «El riesgo de automatizarnos»

  1. Vaya, creo que ya sabes la de burradas que se hacen y cometen con la programación y automatismos de todo en social media, y precisamente encontramos gente de nuestro entorno que automatizan todo el día a día.

    Creo que la programación esta bien, es necesaria, por ejemplo en twitter para hacer llegar un contenido a diferentes horas, no siempre vamos a estar ahí, hay vida más allá del 2.0, y negar el uso de buffer, hootsuite o tweetdeck es absurdo, me facilitan mucho compartir contenidos. En cambio automatizar DMs de bienvenida, RTs de respuesta a menciones, recetas de con IFFTT para automatizar cualquier situación que se nos den en redes sociales…
    ¿Dónde queda la interacción entre personas?

  2. la automatización es como el gps. sólo a un tonto se le ocurre seguir al 100% las instrucciones de la maquinita.

    para consuelo y sufrimiento de unos y otros twitter ha prohibido el autofollow y las apps “serias” están retirando dicha funcionalidad.

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