La evolución de la palabra “Conocer”.

Que levante la mano el que no haya dicho alguna vez “Claro que lo conozco” refiriéndose a una persona con la que sólamente has mantenido contacto por internet, ya sea correo electrónico, redes sociales o cualquier otro medio.

Hace unos años era impensable una relación a distancia como la que solemos mantener con clientes, proveedores e incluso amigos y conocidos. Si alguien te decía: “Mi amigo Juan”, entendías que había un lazo personal, familiar, amistoso o de cañas por medio. Ahora caemos en la inconsistencia de pensar que conocemos a la gente sólamente por leer sus tuits, sus wasaps o sus publicaciones en Facebook. Hay quiénes en persona son parecidos a sus alter-egos en la red, pero hay otros que no son más que un vago reflejo, un afán, o una caricatura. E incluso los que nos parecemos en la red a nuestro yo real (o eso pensamos), cambiamos mucho en persona y es ahí donde y cuando ganamos o perdemos definitivimente.

Gracias a las Redes Sociales he conocido mucha más gente de la que jamás podría imaginar, y lo mejor de todo, es que a muchos de ellos continúo viéndolos, con mayor o menor frecuencia en persona. Con mayor o menor ilusión. Gracias a las Redes Sociales he conocido mucha gente que intenta venderse diciendo lo que muchos quieren oir, pero a la hora de la verdad, normalmente en directo y/o a través de conocidos, su esencia explota y echa por tierra su falso trabajo. Un constante quiero y no puedo. Estaré eternamente agradecido a Twitter y Facebook por ello, puesto que permite continuar labrando, superficialmente y a distancia, una relación que debe ahondarse con el roce e intercambio de palabras cara a cara. De nada sirve tener “amigos” en la red si luego no los puedes tocar.

Existe un tipo de personas, aquellas que un gran amigo llamaba “Homo-Relacionensis”, que disfrutan conociendo gente, e incluso aprendiéndose sus nombres. Hay gente que no olvida una cara. Y esa gente quiere seguir tomando cañas en vivo y en directo.

Y yo me apunto.

Conocer

La imagen está sacada de Behance.net.

8 respuestas a «La evolución de la palabra “Conocer”.»

  1. Y sin ir más lejos sin redes sociales de por medio tampoco te hubiera conocido personalmente, supongo que todo lo ha cambiado un poco el ciber espacio, pero como bien dices al principio, conviene no mezclar amigos con conocidos, y por desgracia hay tendencia o es fácil confundir.

  2. Muy cierto todo, querido Nacho.

    A las RRSS les debemos muchas cosas, la posibilidad de conocer de la existencia de determinadas personas, la de iniciar con ellas una relación 2.0 y la de contribuir a mantener (si tal es nuestro deseo) viva la llama de la relación 1.0 que con suerte puede deparar sorpresas muy agradables si como bien dices el perfil real es incluso mejor que el virtual, y ambos, creo, conocemos casos de este tipo que terminan contribuyendo a la riqueza propia al poder incluir en la categoría de amigos a personas que de otra forma ni siquiera habrías llegado a conocer en persona.

    Si en el 1.0 ya existía la categorización entre amigos y conocidos, en el 2.0 tb, con la ventaja de que las RRSS pueden convertirse en un excelente medio para un primer acercamiento (e igual no merece la pena pasar de ahí) pero tb estoy comprobando como en el caso de las personas auténticas contribuyen precisamente a enriquecer la relación pq anula la sensación de distancia, amigos a los que antes veías tres o cuatro veces al año, incluso viviendo en la misma ciudad, ahora casi a diario sabes de ellos y ellos de ti y el vínculo que os une se refuerza.

    Luego están las decepciones, que en el 1.0 tb suceden, ojo, pero quizá siempre es más fácil llegar a ello cuanto mayor sea la discrepancia entre la “personalidad” virtual y la real, lo que me recuerda aquello de “carica de Semana Santa y hechos de Carnaval” 😉

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