La inmensa idiotez.

En los últimos años me han llamado de todo: machista, facha, progre o antipatriota entre otros imbéciles insultos. Los autores son gente que no me conoce personalmente y ha sacado esas sabias conclusiones por una foto o una frase aislada que han visto en mis redes sociales.

No sé vosotros pero yo empiezo a estar harto de que continuamente se nos critique por lo que hacemos o decimos con el único argumento de los principios morales o de la ideología política del acusador. ¿Quién dice lo que es lógico y lo que no? ¿Quién decide qué comportamientos pueden ser complementarios y cuáles son contradictorios? Un famoso actor de cine decía que si se levantaba tarde le llamaban gandul y si madrugaba mucho le tachaban de pardillo. Personal sin criterio, personal con inquina.

En las redes sociales nos encontramos con los mejores y peores especímenes humanos: esos cobardes que se ocultan e insultan y tergiversan o esos otros que se enrocan en sus ideas cegándose a lo que no entienden. En el primer caso, aunque a veces no lo cumplo, intento auto imponerme la regla de no responder. En el segundo arranco como con todo el mundo, pues no te das cuenta de que te encuentras frente a uno de estos casos hasta que se intercambian varios comentarios. Suelo discutir, argumentar, hasta que veo que no hay opción, que no es posible la sana discrepancia. Quiero pensar que si estuviéramos cara a cara nunca llegaría el momento de tensión que últimamente estoy viviendo cada vez que escribo algo. Soy el primero que meto la pata habitualmente o que parto de hipótesis equivocadas y me encanta cuando alguien, con criterio y educación, me desmonta. Bajo la cabeza, acepto, y rectifico. Y crezco.

He votado a la izquierda por algunas de sus apuestas sociales y a la derecha por algunas de sus propuestas económicas. Intento entrenar todos los días y es raro el día que no me beba una cerveza. Fui objetor de conciencia si bien algunos de mis amigos son militares. No me busques en una iglesia y eso que creo en los valores de la educación católica. Me gusta moverme en bici pero también tengo coche y uso ambos medios de transporte. Me encanta ver (y correr) los encierros de toros, aunque no me verás en una corrida. Oigo punk, heavy metal, música clásica o hip hop con la misma pasión y frecuencia. No compro ropa de marca pero me gasto una fortuna en zapatillas de deporte o un pulsómetro.

Somos nuestras contradicciones y es bueno que así sea. Si encajáramos perfectamente en las ideas de la cabeza de otro es que la nuestra no sería auténtica, no sería original, no sería en el fondo, normal. Ovejas o secta, llámalo como quieras. Seamos cada uno y dejemos ser a los demás. Siempre será mejor contradecirse y crecer a ser un idiota y estancarse.

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
www.nachotomas.com
Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 27 de Julio de 2016

Fecha original de publicación:27 julio, 2016 @ 14:05

10 respuestas a «La inmensa idiotez.»

  1. Muy buen artículo, totalmente de acuerdo con el planteamiento, discrepo en lo de la tauromaquia ya que sólo he asistido para poder criticarla con conocimiento de causa.

  2. Estimado Nacho, allà va mi reflexión: Jo comparo la impunidad de las redes sociales con lo que veiamos antiguamente en las paredes de los vàteres en que todos los extremismos se reunian para poner o imponer sus criteros en las paredes y puertas o simplemente escribir guarradas. No veo ninguna diferencia con lo que sucede ahora en las redes sociales. Serà por eso que solo participo en una, el Facebook y no me dejo tentar por las demás. La gente nos quiere acriticos y borregos y no toleran que opines algo que ellos no comulgan, porque, en general, la mayoria, somos de pensamiento único para muchas cosas, también para la política. En catalan hay un sabio refran que dice “Qui no vulgui pols que no vagi a l’Era” asi que tendràs que seguir aguantando a los berzotas que supongo siempre se pueden bloquear. Un fuerte abrazo amigo

  3. Entiendo y comparto el poder de la escritura para canalizar diferentes emociones, pero no caigas en justificar con tus contradicciones el cómo eres. Cada uno de nosotros somos únicos y particulares y hay algunos que en eso vemos lo realmente valioso del ser humano o otros lo utilizan justamente para lo contrario, y como decimos los psicoanalistas gozar metiéndose con el otro para no ver sus propias contradicciones y verdades. Sigue escribiendo sólo porque quieras sin esperar nada y muchos menos entendimiento. Un saludo.

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