Acabas aceptando

A modo de epílogo anual o de una vida, que en el fondo puede ser lo mismo, por fin reconociste que es un cansancio vivir a la contra, salirte del redil, actuar de forma diferente o pensar por ti mismo alejado de los convencionalismos políticos, éticos o religiosos del resto. Es difícil ser uno auténtico, la maldita zona de confort que tantas bocas llena y tanta rabia te dio siempre se convierte ahora en un objetivo casi vital.

Probablemente durante la juventud saliste airoso, incluso reforzado, pero fuiste creciendo y todo se puso tan cuesta arriba que fue mejor girar ciento ochenta grados sobre tus talones y dejarte suavemente caer hacia abajo decidiendo ser uno más. Como si llevaras patines. Sin dolor, sin pena, sin remordimientos ni agonía. Dejarse llevar suena demasiado bien, decían por ahí. Y más aún ahora que comienza la Navidad: desde verano puedes comprar su lotería, a principios de otoño ha llegado al Corte Inglés y todas las aplicaciones de móvil que usas a diario ya están a estas alturas disfrazadas de rojo, verde, árboles y campanitas resumiéndote el año en canciones, en deporte o en lo que se tercie, que de nuestros datos viven y así nos los muestran para que picando como electrónicos pececitos en sus e-anzuelos sigamos compartiendo lo que a prácticamente nadie interesa.

La Navidad está aquí de nuevo y no serás tú el que se niegue a disfrutarla. Ya lejos aquella época de Grinch o de personaje de lacrimógena novela con nieve de Dickens que todos han protagonizado en mayor o menor grado alguna vez, decidiste sumergirte y deleitarte llegado el momento de la paternidad. Cuando tienes hijos debes, aunque cueste, dejarte ir y resbalar provoca sin darte cuenta un estado de continuidad que lleva al cambio, por lo menos aparente, al admitir, al resumir de otro modo los doce meses que sin tregua se te echan encima en un infinito bucle que acabas aceptando.

Acabas aceptando.

Desde hace unos años acabas aceptando los regalos inservibles, acabas aceptando las superfluas comidas pantagruélicas, acabas aceptando las borracheras innecesarias, las fiestas multitudinarias, acabas aceptando ser y que sean contigo más falso que Judas en los eventos familiares, acabas aceptando el tan odiado por otros consumismo y los envíos insostenibles por Amazon, los villancicos de los sobrinos, la iluminación de las calles, acabas aceptando los amigos invisibles, los anuncios de turrón, el décimo compartido y los redundantes propósitos de año nuevo.

Acabas aceptando que todos sonrían, que todos regalen, que todos acaben aceptando.

Acabas aceptando todo lo que te sirva para olvidar las ausencias: la verdadera gran putada de cada Navidad, esos que ya no están aquí para disfrutarlas/vivirlas/criticarlas contigo.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
18 de diciembre de 2019

Ciclos, fases, momentos, proyectos y etapas.

Tras dos temporadas completas de emisión podríamos decir, metafóricamente, que romMurcia se nos ha hecho mayor, ha alcanzado la mayoría de edad, es autónoma y se vale por sí misma. La primera radio exclusivamente online de España es ya mucho más que un proyecto. Dos años de durísimo trabajo en los que me he puesto de barro hasta las cejas.

romMurcia

 

 

 

 

 

 

 

Hemos alcanzado cotas de notoriedad y difusión impresionantes. Es conocida por mucha más gente de la que yo mismo conozco, y ya es decir. Tiene muchos anunciantes que han apostado por algo diferente para sus campañas. Y lo más importante, tiene una audiencia fiel y superior en número a lo que nos podríamos haber imaginado en nuestros mejores sueños.

Es el momento ideal para que yo, uno de sus padres, haya decidido dejarla volar sola. Una decisión tomada unilateralmente y de forma cordial, como no podía ser de otra forma. Le he dado mucho, me ha dado más y estaré para siempre eternamente agradecido.

Dejo romMurcia convencido de que seguirá su trayectoria meteórica, llegando a donde se proponga, consiguiendo más reputación, más anunciantes y más oyentes. No tengo dudas, confío y quiero que así sea. El equipo que se ha formado será solido, comandado por la persona que tuvo un sueño y me quiso hacer partícipe. Él sabe que me he dejado la piel. Y yo sé que él se ha dejado incluso más. Los sueños si se persiguen, se alcanzan, y romMurcia está en el camino correcto.

Dejo #TuitOClock, el programa que sacó la espina que tenía clavada de dirigir un espacio propio, desde que comencé a trabajar en los medios allá por 2002.

Dejo compañeros de trabajo, colaboradores, clientes y amigos. Pero bueno, no me voy a otro planeta, seguro que nos tendremos cerca. Seré su primer oyente en la próxima temporada.

En el rascacielos de mi vida acabo de llegar a la planta 37, quiero pensar que aún queda mucho edificio por arriba. El ascensor que me ha traído hasta aquí se cierra, produciendo cierto dolor, al tiempo que una sensación de orgullo poco transmitible con palabras. Frente a mí hay varias puertas, algunas ya semiabiertas, con gente que, desde su interior, me invita a entrar.

Otras están cerradas y posiblemente tendré que llamar al timbre.

No me va a temblar el pulso.

 

 

 .