El método Jazztel.

Todos sufrimos a diario las llamadas telefónicas con intención de venta. Los que hemos trabajado en departamentos comerciales solemos ponernos mejor en su lugar e intentamos tratarlos bien, dando largas lo más educadas posibles. Pero hay veces que la situación se complica.

Los de Jazztel, buscad en Google la cantidad de quejas que existen contra ellos, son especialistas en llamar a las 15:05 (comprobadlo la próxima vez que os llamen, que os llamarán, seguro), una hora mortal para los que tenemos hijos durmiendo la siesta. La última de sus tretas es la amenaza. O al menos eso me sucedió el viernes pasado.

Jazztel

¡RIIIING!
Suena el fijo de mi casa, que por cierto no sé de ni dónde lo habrán conseguido ni la eficacia de la estúpida LOPD, que se saltan a la torera por más que les haya dicho mil veces que me den de baja en sus bases de datos.

– ¿Sí? … ¿Hoola? … ¿Quién es?
Unos eternos segundos después, por fin responden.
– Soy Israel Albacete y le llamo de Jazztel para ofrecerle una…
– Por favor, no me interesa, no vuelvan a llamarme, os lo he dicho cien veces, estoy muy contento con mi compañía actual y no pienso cambiarme, gracias.
– No, no, no, mire usted, la oferta es…
– Por favor, no me interesa, no insista, no vuelva a llamarme nunca más. – Y cuelgo.
Vuelve a hacerlo, para mi sorpresa, y vuelvo a cogerlo.
– ¿Sí? – Esta vez con un poco de mala leche.
– ¿Pooooor qué no puedo llamarle yo todas las veces que quiera? – con una voz de chulería extrema que me cuesta creer.
– ¡Porque como sigan llamándome voy a denunciaros! – respondo a voz en grito (mal por mi parte, pero no pude controlarme) y vuelvo a colgar.

Después sucede algo que aún me cuesta creer, me llama unas seis veces seguidas mientras yo lo cojo y cuelgo en cada una de sus embestidas, hasta que mi mujer, con su gran sentido de la diplomacia, me dice que le pase el teléfono.
– Hola – con su voz más dulce – no nos interesa su propuesta, por favor no vuelvan a llamar…
– Hemos llamado tantas veces porque su marido nos ha insultado y…
– ¿Insultado? He estado escuchando y no he oído ningún insulto, dígame lo que le ha dicho, por favor. – Así un rato de discusión hasta que cuelga…

Pero vuelven a llamar y le dicen a mi mujer que es el supervisor y quiere disculparse por lo que ha sucedido. Pero yo estoy seguro de que es mismo energúmeno, asustado por lo que ha hecho. No es posible que un superior se haya puesto tan rápido al tanto de la situación.

Si son capaces de tener en su equipo de teleoperadores a gente que actúa así con usuarios que no son clientes, ya sea por órdenes o por motivos personales, miedo me da el resto de secciones de su empresa.

“Te cambiarás por el ahorro y te quedarás por el servicio técnico.”

Jazztel
Foto del Facebook de Jazztel.

Esta frase, repetida hasta la saciedad por Jesús Vázquez en los spots televisivos de la compañía es toda una declaración de intenciones: Somos baratos y somos malos, tanto que tendrás que recurrir a nuestro SAT. La mente que parió este claim dormirá tranquila, no hay duda, pero cualquier potencial cliente de la compañía con dos dedos de frente debería sentir un rechazo previo acorde a tal metedura de pata.

Si el departamento de Marketing de Jazztel permitió semejante atentado a los cimientos de la publicidad, no deberían extrañarnos los métodos que usa la empresa en su fuerza de ventas telefónica.

 

 

 .