De bien nacido

Si tengo que comenzar por algún sitio, lo haré dando las gracias por no haber nacido en el lugar equivocado. Tu vida está marcada por donde naciste y la suerte de hacerlo en el primer mundo es la llave que abre las siguientes puertas.

Agradezco después haber tenido unos padres que permitieron que creciera por dentro a la vez que lo hacía por fuera, una familia que aceptó las dificultades que a todos nos alcanzan de manera natural, diferente y ejemplar. Las raíces de la vida.

Nunca agradeceré lo suficiente haber disfrutado de una infancia plena. Los hermanos con los que comienzan los sondeos de la futura vida. Antes de salir al ruedo, es hora de bregarse y con ellos tocó jugar continuos partidos amistosos previos a la competición. Y los primos, ese ensayo general de los amigos que luego tendrás. Doy gracias por los sobrinos que me están llegando. Por los ahijados. Por los padrinos.

Doy gracias por descubrir la adolescencia cuando tocaba. Ni antes ni después. Por haber dado los pasos, buenos y malos, en su debido momento. Por los amigos que aún disfruto y por las tardes de mirada perdida. Por el colegio, por el instituto y por la universidad. Los tres grandes brochazos que tuve la suerte de recibir. Gracias por los compañeros de pupitre, por los profesores y por los suspensos a tiempo.

Si hay otra puerta clave en la existencia es el trabajo. Doy gracias por haber encontrado una llave que la abre con una sonrisa. Casi siempre. Agradezco disfrutar del mío cada mañana, cada madrugón, cada viaje, cada reunión, cada IVA, cada marrón.

Agradezco que el deporte se cruzara en mi vida desde niño. Es el cemento que mantiene en equilibrio nuestros complejos edificios mientras se tambalean azotados por continuos terremotos.

Y hablando de armonía, la de mi vida tiene una protagonista: mi mujer. La mejor elección que nunca hice.

Termino dando las gracias por mis hijos, por haber sido tocado con la varita de su chispa, de su normalidad y de su felicidad. Si la mayor suerte es nacer en el lugar acertado, que tus hijos te sigan con salud es el premio gordo.

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
www.nachotomas.com
Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 4 de Abril de 2018

 

 

 

Mil y un errores.

Si te pusieras a contar las veces que te has equivocado en la vida necesitarías todas las páginas de este periódico para describirlas y te faltaría espacio porque, tenlo claro, en tu vida ha habido muchos menos aciertos que errores. La clave posiblemente está en la dimensión de los mismos. Y en eso quizá la balanza oscile en sentido contrario.

Si te pusieras a enumerar las patas que has metido en tu existencia tendrías contenido de sobra para fabricar mil columnas como esta, tantas que sobre ellas se podría sostener una inmensa cúpula en la que sonarían con eco infinito las carcajadas que a toro pasado tú mismo soltarías al recordarlas.

Si te pusieras a pensar en las primeras malas impresiones que te has llevado de montones de personas y canciones que ahora forman parte imprescindible en tu vida merecerías estar solo, sin música y sin amigos porque apuesto a que hay poca gente en el mundo que se confunda más que tú en esas iniciales situaciones.

Si te pusieras a recordar los patinazos que sin ruedas has cometido nos tiraríamos toda la mañana, la tarde, la noche y el año riendo entre lágrimas y homenajeándolos como se merecen. Muchos de ellos han estado a punto de costarte la crisma metafórica y literalmente. Pero aquí estás, mala hierba. Aquí estamos.

El grito que sobró. La puerta que no debiste abrir. El abrazo que faltó. La llave que no debiste usar. La canción que no sonó. El viaje que no hiciste o el que no tuviste que haber hecho. El puente que no tuviste valor para cruzar. La mirada que no debiste evitar. El himno que no cantaste. El charco en el que no te atreviste a chapotear. La piedra que no quisiste sacar de tu zapato.

Pero en lo que no te equivocarás nunca es en la intimidad más visceral, en la propia fe de tu ética, en lo que más profundamente sientes, en la educación que va en tus genes impidiendo hacer daño, faltar al respeto o quedar en evidencia. Al menos de un modo intencionado. Porque te sobra clase y te falta maldad. Porque todos somos buenos si encontramos el ángulo correcto desde el que mirarnos. Si encontramos el espejo adecuado.

Y porque tú eres yo (y somos nosotros) no te voy a dejar contar, enumerar ni recordar cada uno de tus mil y un errores. Porque volverías a repetir todos ellos. Porque deberías cometerlos de nuevo. Gracias a ellos eres hoy lo que eres. Somos hoy lo que somos.

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
www.nachotomas.com
Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 22 de Febrero de 2017

Tenemos que atajar esto. No hay otra forma.

Temporada negra.

Son ya varios los muertos practicando deporte que se han producido en las últimas semanas en Murcia. Hablo de esta ciudad porque es en la que vivo y de la que me llegan las noticias, pero seguro que sucede lo mismo en cualquier otra capital de España.

Los motivos imagino que son diversos. ¿Educación vial? ¿Preparación deportiva? ¿Masificación?

Deporte y Vida

Analizaré, desde la experiencia personal, los tres arriba expuestos:

  • Educación Vial: Cualquier persona que hace deporte en las calles ha tenido un susto alguna vez. Vehículos que piensan que la ciudad es suya. Ejercitarse por zonas no habilitadas corriendo con ello un riesgo innecesario. Llevar auriculares con música mientras patinas. Coches que no mantienen la distancia de seguridad al adelantar. Bicicletas que circulan indistintamente por las aceras y la calzada. Motos que no ponen el intermitente. Autobuses que arramblan con todo. Taxistas que abren puertas cuando menos te lo esperas. ¿Cómo solucionamos este primer motivo? Creo que la respuesta es clarar: más educación. No sólo vial. Educación cívica.
  • Preparación deportiva: Hay quien se lanza a hacer una maraton sin haber corrido en su vida más de 5kms. Otros no tienen en cuenta la hora del día y te los encuentras corriendo a las tres de la tarde, con cuarenta grados a la sombra. Otros, simplemente, se dejan llevar y, con el subidón de adrenalina que produce una competición, sobrepasan sus límites con fatídicas consecuencias. También hay casos de muerte súbita, que puede sufrir hasta el mejor profesional, no lo olvidemos. Y que nadie se confunda: cuando estás realmente preparado, la frontera entre la diversión y el sufrimiento es finísima. Sufrir disfrutando, disfrutar sufriendo. Pero sin peligros.
  • Masificación: A nadie se le escapa que la moda running está pegando fuerte. Hace unos años no se veía a nadie haciendo deporte por la sierra, como mucho un par de ciclistas de montaña. Hoy te vas un domingo a la mota del Río Segura o la Cresta del Gallo y hay más gente que en IKEA o la la Plaza de las Flores. Esto, por más que a muchos moleste, a mí me parece maravilloso, nos respetarán más cuántos más seamos. Pero en el caso que nos ocupa actúa de manera estadística, si somos más, más posibilidades de accidentes para el grupo en general. La ley de los grandes números.

Pocas cosas deben ser más tristes que morir mientras estás disfrutando de tu tiempo libre, en compañía de tus amigos o familiares.

¿Está a nuestro alcance acabar con esto? Por mi parte pienso ponerme manos a la obra.

Y tú, ¿tienes alguna sugerencia?

 

 

 

 

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Credenda

Desde que tengo uso de razón ha estado pegada en la nevera de mi casa. En las neveras de mis casas. La pegué en la pared de mi primer despacho. Y en el siguiente, y en el siguiente… Hoy me he dado cuenta de que no estaba en la pared mi nueva oficina. Hoy me he dado cuenta de que no lo leía hace demasiado tiempo. Hoy me he dado cuenta de que había olvidado muchas cosas que ya sabía.

CREDENDA

Aléjate de la muchedumbre y de su afán infructuoso de fama y oro. Nunca vuelvas la vista, una vez que hayas cerrado tu puerta al deplorable tumulto de la codicia y la ambición. Enjúgate las lágrimas del fracaso el infortunio. Pon a un lado tu onerosa carga y descansa hasta que tu corazón haya recuperado la calma. Consérvate en paz. Es más tarde de lo que piensas, pues tu vida terrena, en el mejor de los casos, no es más que un parpadeo entre dos eternidades.
Desecha todo temor. Nada puede dañarte aquí. Sólo tú mismo. Haz aquello que temes y aprecia con orgullo esas victorias. Concentra tu energía. Estar en todas partes es tanto como no estar en ninguna. Sé celoso de tu tiempo, porque es tu mayor tesoro. Recapacita sobre tus metas. Antes de permitir que tu corazón se aficione demasiado a algo, examina la felicidad de que gozan los que ya tienen lo que tú deseas.
Ama a tu familia y ten muy presente la ventura. Piensa con cuánto afán la buscarías si no la poseyeras. Haz a un lado tus sueños imposibles y lleva a cabo la tarea que tienes a tu alcance, por desagradable que sea. Todos los grandes éxitos resultan de trabajar y saber esperar. Sé paciente. Los retrasos de Dios no son negativas.
Espera. Mantente firme. Ten presente que tu tesoro siempre está cerca. Lo que siembres, bueno o malo, eso será lo que coseches. Nunca culpes a los demás por tu situación. Eres lo que eres por decisión tuya eso es todo. Aprende a vivir en una pobreza honrada si así debe ser, y ocúpate en cosas más importantes que en llevarte oro a la tumba.
Nada de hacer concesiones a la dificultad. La ansiedad es la herrumbre de la vida y cuando agregas las cargas de mañana a las de hoy, su peso resulta intolerable. Aléjate de la compañía del quejumbroso y da más bien gracias por tus derrotas. No las sufrirías si no las necesitaras.
Aprende siempre de los demás. El que se enseña a sí mismo, tiene por maestro a un necio. Sé cuidadoso. No graves tu conciencia. Lleva tu vida como si tuvieras que pasarla en una palestra llena de gente chismosa. Evita la fanfarronería. Si ves en ti algo que té hincha de orgullo, obsérvate de cerca y encontrarás materia más que suficiente para humillarte.
Sé sensato. Date cuenta de que no todos los hombres han sido creados iguales, porque no hay igualdad en la naturaleza. Sin embargo, jamás ha nacido un hombre cuyo trabajo no haya nacido con él.
Trabaja cada día como si fuera el primero, pero trata con ternura las vidas que tocas, como si todas debieran acabarse a medianoche. Ama a todos, incluso a los que te repudian, el odio es un lujo que no puedes permitirte. Busca a los menesterosos. Aprende que el que da con una mano recogerá siempre con las dos. Consérvate en buen estado de ánimo. Por encima de todo recuerda que se necesita muy poco para llevar una vida feliz.
Mira hacia arriba. Camina siempre adelante. Aférrate a Dios con sencillez y recorre en silencio tu sendero hacia la eternidad, con caridad y con una sonrisa. Cuando partas, todos dirán que tu legado fue dejar un mundo mejor que el que tú encontraste.