Año 2001. Vuelo Madrid-Liverpool. 19€ ida y vuelta.
Las líneas aéreas de bajo coste llegaron a España con fuerza, dando un golpe en la mesa del mercado de las comunicaciones y removiendo un sector casi monopolístico. En un principio la gente era reacia a usarlas, desconfiando de su fiabilidad, puntualidad o, incluso, seguridad. Con el tiempo demostraron que habían llegado para quedarse y que las críticas recibidas eran, en gran parte, fomentadas por el desconocimiento y la propia competencia.
Los servicios que se ofrecen a bordo siguen siendo criticados actualmente. Cobran por cualquier extra, por pequeño que sea. Easyjet o Ryanair tienen claro que el producto base es el vuelo, y cualquier otra cosa debe ser cobrada aparte. La clave es que si necesitas estos extras, los puedes conseguir, pagándolos, por supuesto. Mientras que en el resto de compañías, que no son de bajo coste, te los cobran siempre, los hayas pedido o no. Los vayas a usar o no. Los necesites o no.
Por supuesto que las grandes compañías aéreas tienen su público, yo mismo las uso en determinados momentos. Pero han entendido que deben renovarse en escalabilidad y adaptabilidad, y de hecho casi todas tienen ya una filial de bajo coste.
La pregunta que muchos nos hacemos ahora es si la situación de monopolio anterior conllevaba un exceso de precio y aprovechamiento del consumidor.
El Social Media es muy parecido. No todos los clientes necesitan lo mismo.
Estoy orgulloso de admitir que N7 es una línea aérea que ofrece, entre sus productos, billetes de bajo coste. Aunque cuando el cliente lo necesita, también disponemos de asientos en Business Class..