Con las redes sociales me pasa, a veces, algo curioso. Os cuento. Sigo a alguien interesante en Twitter, entro en su web (aparece en su bio), leo algunos de sus geniales posts. Voy a su Facebook (que está enlazado desde su blog), y tres cuartos de lo mismo, un tío empático, divertido, educado, que sabe de un montón de cosas y con un punto guasón. Tengo la suerte de conocerlo en un evento, me acerco a saludarle y noto que pasa algo raro, mira al suelo, se hace el sueco, no habla con nadie y al final se va por donde ha venido. FOTO: Pixabay Se me ha caído otro…