La comunicación empresarial es uno de los pilares fundamentales en la supervivencia de las marcas hoy en día. Muchos gerentes no lo asumen y siguen obsesionados únicamente con los planes de negocio, flujos de caja, financiación, contabilidad, recursos humanos. El mercado es furioso, voraz e instantáneo. Los consumidores más de lo mismo. No es fácil destacar entre la multitud. En este mismo instante, con puntuales excepciones, hay cientos de competidores que ofrecen exactamente lo mismo que tu compañía. Olvídate de la estrategia del océano azul, con la globalización no es más que un charco.
Hasta hace unos años las posibilidades para comunicar a nuestro alcance eran pocas, casi todas asociadas a la publicidad, casi todas caducas, burocráticas, vetustas, administrativas incluso. Y todas eran off line, por supuesto. En 2004 nace Facebook y ni tan siquiera Mark Zuckerberg es consciente de la revolución. Ya desde finales de los 90 el correo electrónico y las páginas web sustituyeron las comunicaciones dentro de la empresa y poco a poco se comenzó a mirar también hacia fuera. Seguro que recuerdas cuando lo máximo que podías hacer por llegar a tus clientes potenciales era enviarles un fax o mandar al comercial.
La cantidad de redes sociales hoy a nuestro alcance es inmensa. Pero cuidado, estar en todas partes es tanto como no estar en ninguna. Tómate tu tiempo, piensa, analiza y actúa. Parémonos a recapacitar cuáles son las adecuadas y en cuáles podremos ofrecer contenido de relevancia, actualizado con la frecuencia necesaria, sin saturar y con cabeza. Olvídate de sincronizar las cuentas, el público de Twitter no se parece al de Facebook y no tiene nada que ver con el de Linkedin. Acompaña esta mezcla con una web y blog en condiciones, dale el tiempo necesario y listo. No hay más secretos.
Sí, las redes sociales han revolucionado la comunicación empresarial, pero saber cómo éstas funcionan a nivel técnico no significa que sepamos usarlas a nivel comunicativo. Cuando me piden recomendación de algún libro que explique el tema siempre respondo lo mismo: «Apunta, Fundamentos del Marketing, de Philip Kotler, año 1980.» Risas, en esa época no había ni internet, argumentan. No, y ahora no hay conocimientos básicos del tema en cuestión, respondo. Hace falta fondo, de algo servirá formarse 5 años en una Universidad tocando todos los extremos del amplio mundo marketiniano. Y luego lo aplicamos a las redes sociales, a una campaña física en el punto de venta o a elaborar un flyer.
Hay quien se sigue presentando en este mundillo con el número de seguidores en Twitter como apellido. Entras a ver su perfil y todo es vacío, publicando lo mismo que el resto del rebaño, carencia de relevancia e individualidad. Ah, y tiene miles de seguidores porque sigue al doble. Triste y común. Debemos tener cuidado con ellos, son humo, son estafa.
Nacho Tomás – Un tuitero en papel
Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 9 de Marzo de 2016