Hasta que murió mi abuela no era yo de visitar cementerios. Me daban ese repelús que dan las cosas que te rodean pero no quieres tener cerca. Esas cosas que conforme creces vas temiendo entender pero te haces el loco para no afrontarlas. Desde pequeños la muerte se trata como un negro tabú generando un innecesario miedo, una angustia incontrolable. Qué diferente México. Recuerdo agobiarme sobremanera elucubrando sobre la posibilidad de que mis padres murieran antes de tiempo. Y ahora a mis hijos les pasa lo mismo. Debe ser algo genético, instintivo, porque a fuerza de golpetazos la muerte entró en mi casa con nervio hace unos años y aún…