Abrir los periódicos y ver que un multimillonario ha comprado un equipo de fútbol es algo que ya no sorprende. Jeques árabes, amos del petróleo, dueños de holdings empresariales, constructores, cabezas de sagas familiares, amos de gaseoductos, señores del acero o grupos de inversión planetarios. El dinero llama al dinero y el deporte, como se ha comentado varias veces en esta misma columna, es una inversión de moda. Imagino que estás leyendo esto recién incorporado al trabajo o a punto de volver de vacaciones. Quizá una parte de tu tiempo de veraneo lo has pasado en un pueblo remoto. Esa localidad que en periodo estival multiplica su población y que…