Hubo un tiempo en que las multimenciones en Twitter impedían discutir con fluidez. Se comían el espacio y, de los 140 caracteres, sólo quedaba un resquicio para aportar poco más que un “de acuerdo” o “no opino igual”. La mayoría de veces te veías en una de esas de repente, a modo de metralleta lanza SPAM, sin posibilidad de salirte de la conversación. Actualmente la última moda tuitera de los gurús de pacotilla es etiquetar al personal en fotos, carteles de eventos, fotos de paisajes y hojas de flores con gotas de rocío. Por no hablar de las frases de motivación y autoayuda que no se cree nadie, y menos…