Está la cosa complicada, seamos sinceros. Las distracciones son parte del flujo, dudando si lo que hoy nos despista es lo que ayer llamábamos concentración. Las continuas salidas de la carretera de la libertad de pensamiento dificultan cualquier otra cosa que no sea ir dando tumbos mentales. ¿Cuándo fue la última vez que viste una película del tirón, un partido completo sin mirar el móvil, una cena de amigos sin notificaciones? Por eso, hoy más que nunca, cobra una especial importancia la lectura. La lectura cierta, concentrada y disfrutadora, porque cuando leemos el foco se ajusta, se centra y se agranda a cada página. Escribo hoy estas líneas tras ver…