• Escritos,  Politica,  Un tuitero en papel

    La historia (siempre) se repite.

    Tras dos horas corriendo nos detenemos de golpe. Jadeos. Caras de sorpresa. Las botas se hunden en el barro. Siento el calor de los cuerpos de mis compañeros, alrededor, tan acojonados como yo. No sabemos el motivo, parados en medio de la nada. Nadie se atreve a preguntar por miedo a hacer ruido. La noche es tan negra que no nos vemos ni las manos. Dos estrellas. Tres a lo sumo. Nubes. No hay Luna. Viento helado. Lluvia. Ruido de perros ladrando en la distancia. Estamos en 1915, plena Primera Guerra Mundial, aunque en este momento no lo sabemos. ¿Quién iba a imaginarse que un rifirrafe veraniego entre serbios y…