• Familia,  Pensamientos,  Un tuitero en papel

    Ritmos, aires, antojos e inconsciencias

    Las piezas comenzaron a encajar de repente, a destiempo y como por arte de magia. El truco fue retrasar lo inevitable. Esperar a que por su propio peso todo acabara cayendo. Que siempre cae. La madurez le llega a cada uno cuando le llega, como el cambio de voz, los granos, el primer beso o la borrachera. No hay reglas, no hay calendarios. Sólo está claro que el camino se recorrerá, de eso no hay duda. Entonces, ¿para qué dar los pasos que se supone debes dar? ¿Para qué satisfacer a los que esperan de ti lo lógico y normal? No fue fácil ver alejarse a los que te rodean,…