Amsterdam, la capital fácil.

Fácil es la primera palabra que me ha venido a la cabeza al recordar nuestro viaje.

Avión. Un hotel en Herengracht, Centraal Station, paseo en barco por los canales recién aterrizados, la calle Rokin, bicicletas, mapas mal doblados en los bolsillos, cervezas con una pareja de italianos cantando Vasco Rossi y Franco Battiato, andar, una cena en un argentino, dormir como troncos, bien abrazados, desayuno en una típica cafetería holandesa, Prinsengracht, alquilar unas bicis, la plaza Spui, una visita guiada, la Plaza del Dam, el molino Van Slote, el Begijnhof, comer patatas fritas, andar, canales grandes, una visita al Dampkring Coffeeshop, recorrer la ciudad y sus afueras dando pedales, Singel, visitar el barrio rojo, Van Gogh Museum, la calle Damrak, arenques en salmuera, el Mercado de las Flores, atar las bicis a una verja, tranvías, canales pequeños, café para llevar, la plaza Museumplein y las letras de I amsterdam, rodear la cadena al sillín de la bici, más cervezas, el barrio Jordaan, puentes, sentir/sufrir el Barrio Rojo, cenar tailandés, dormir a pierna suelta. Avión.

Todo esto se puede hacer en un fin de semana.

Álbum de fotos de nuestro viaje a Amsterdam

 

 

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