Le llamaban hat-trick. Salir jueves, viernes y sábado hasta casi el amanecer. O sin casi más de un día. Época universitaria. Mucho tiempo libre. No había móviles, no había internet. Gracias a Dios. Estudiaban poco pero con alta efectividad: consiguieron terminar la carrera en más o menos el tiempo previsto. Ir a clase era sagrado. Yendo, prestando atención y tomando buenos apuntes tenían media asignatura en el bolsillo. Los estudios eran su única obligación. Algunos añadían trabajos esporádicos para pagarse caprichos o esa asignatura que se le había atragantado. Leían libros en los autobuses y se sacaron el carné de manipulador de alimentos. En las calles había peleas entre bandas.…