El gen comercial

Intuyo, sin más argumentos que mi propia experiencia, que el primer trabajo que uno desempeña en su vida moldea sin contemplaciones el futuro que le espera a nivel laboral. En mayor o menor medida todos los encargos profesionales que he desarrollado, en mis más de veinte años de cotización, han llevado aparejada una pata variable en el sueldo que incluso, muchas veces, superaba el fijo mensual.

Cuando repartía pizzas para pagarme la carrera casi siempre obtenía el extra de mayor rapidez de entrega en moto (con algún susto vial incluido) y sumando a ello las sustanciosas propinas conseguidas prácticamente duplicaba lo percibido en el salario fijo. En otro momento podremos hablar de la gran diferencia en “tips” que obteníamos los repartidores: plantarte tras la puerta recién llamado al timbre con amplia sonrisa y cajas en mano, siempre saludando y dando las buenas noches era clave para rascar un poco cada viaje. Y así sigo, sin necesidad de propinas afortunadamente, pero con la educación por delante. Y el continuo agradecimiento de fondo a poder trabajar, que no es poco, en los tiempos que corren.

Luego estuve muchos años currando directamente de comercial en varios lugares diferentes, uno de los puestos de trabajo quizá más denostados que existen, la gente suele hablar despectivamente de ellos, como si no llegaran a ser del todo sus compañeros de trabajo, quizá debido a una mala fama seguro que a veces ganada a pulso, pero sin buenos comerciales las empresas no venden y por tanto el resto de personal de las mismas no serviría para nada. Exactamente igual que al contrario, sin un buen servicio o un buen producto que vender, de poco vale un excelente comercial.

¿Entonces el gen comercial viene de serie o se fomenta por la experiencia? Pues, como decía al principio, sin más argumento que mi propio ejemplo, intuyo que surge por una mezcla de tener vocación de servicio hacia los clientes, un pelín de ambición, mucha empatía, capacidad de adaptarse a trabajar por objetivos y ese gusanillo que se siente al preparar una reunión de negocios, al encontrar justo lo que mejor se adapta al comprador y finalmente, la inigualable sensación de cerrar positivamente para ambas partes un presupuesto. También se trata de ir mejorando las habilidades sociales y las relaciones públicas, unas destrezas que personalmente considero imprescindibles en el mundo actual, tanto a nivel empresarial como personal. Algo que además se ha visto reforzado con el boom digital y de las redes sociales, donde podemos estar en contacto más cercano con clientes y proveedores.

Se te meta al cuerpo del modo que sea, una vez dentro no sale. Con sus reveses, oiga, que los comienzos no son un camino de rosas y cuesta mucho arrancar, ir construyendo tu cartera de clientes y, llegado el momento, que sean capaces de confiar en ti sabiendo que cuando una operación sale bien, es buena para los dos, creando ese vínculo a largo plazo que, tantos años después, se puede mantener con las personas y se debe mantener con las buenas personas.

Porque el gen comercial no te da sólo clientes, proporciona intensas relaciones humanas que pueden acabar convirtiéndose incluso en amigos. Que en el fondo es lo que a uno le alegra la vida.

Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
La Verdad de Murcia
Octubre 2022

Dirección Comercial y Marketing Online: Sinergias.

Son muchas y diversas las tareas que debe realizar a diario el Director Comercial de cualquier empresa. Desde la formación y motivación de los equipos comerciales hasta la gestión directa de cuentas de clientes, pasando por la estrategia de ventas, el trazado consensuado y lógico de la estrategia encaminada a la consecución de objetivos, así como el control y medición posterior de las acciones realizadas.

Director Comercial Superman

Analizando los puestos y las personas, y dependiendo del tamaño de la empresa, nos encontraremos diferentes escenarios. En las grandes compañías casi todo está segmentado, siendo frecuente encontrar antiguas estructuras (muchas veces familiares) anquilosadas y estancas, con absoluta impermeabilidad entre despachos/secciones.

Otras grandes empresas están dando el paso o incluso son referencia en el cambio, afrontando y encarando con rapidez lo que sucede a su alrededor. En (con) estas últimas da gusto trabajar. Han entendido que las responsabilidades y tareas no siempre pueden personalizarse y los títulos que acompañan al nombre de sus cargos en las tarjetas cada vez son más cortos, y al mismo tiempo más globales.

Si la empresa es una PYME, el panorama es otro. Completamente distinto aunque igual de divertido. O más. Es habitual encontrarnos al hombre orquesta que hace de todo. Y en algunas ocasiones lo hace todo muy bien. Aquí es más complicado hablar de lo que viene a continuacion de un modo general, pero sí podemos sacar pinceladas y aplicar lo necesario.

Volviendo al tema de este post, siempre me ha gustado incluir en la figura del Director Comercial otras tareas que no están directamente relacionadas con la venta, matices que pueden ser añadidos al puesto siempre que la persona encargada las asuma y realice de manera efectiva. Creo que se trata, por pura lógica, de más patas para el mismo banco, al final todo es vender, está claro, pero asuntos como la Comunicación, las Relaciones Públicas, o las acciones de portavocía e imagen, aportan tanto que no pueden ser olvidadas ni tratadas de forma diferente.

Del mismo modo, el Director Comercial es posiblemente la persona de la empresa que más y mejor conoce la calle y lo que en ella se cuece, por qué no aprovecharlo para transferir el conocimiento de la misma, a través de sus reuniones con clientes y competencia, al resto de departamentos. Especialmente al de Marketing y la Gerencia.

Pues bien, para apoyar y mejorar las tareas asignadas a la Dirección Comercial tenemos un gran aliado en el Marketing Online:

  • Nos ayudará para estar al día de todo lo que nos rodea analizando tendencias con  Google Trends.
  • Podremos saber y por extensión dar al mercado lo que pide con, por ejemplo, campañas de SEM en Adwords (Google, Facebook o Twitter).
  • Nos mostrará las necesidades de nuestros clientes actuales y futuros mediante la monitorización en Redes Sociales.
  • Permitirá comunicarnos con el exterior e interior de nuestra empresa gracias a la página web y el blog corporativo.
  • Mantener las relaciones con nuestros clientes más allá del momento de la venta o prestación del servicio a través del envío y gestión de Newsletters/Mailings.

Estos son sólo algunos ejemplos de cómo el Marketing Online se ha convertido en uno de los mayores aliados para la Dirección Comercial de las empresas.

Bueno, y para cualquier departamento.

 

 

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El método Jazztel.

Todos sufrimos a diario las llamadas telefónicas con intención de venta. Los que hemos trabajado en departamentos comerciales solemos ponernos mejor en su lugar e intentamos tratarlos bien, dando largas lo más educadas posibles. Pero hay veces que la situación se complica.

Los de Jazztel, buscad en Google la cantidad de quejas que existen contra ellos, son especialistas en llamar a las 15:05 (comprobadlo la próxima vez que os llamen, que os llamarán, seguro), una hora mortal para los que tenemos hijos durmiendo la siesta. La última de sus tretas es la amenaza. O al menos eso me sucedió el viernes pasado.

Jazztel

¡RIIIING!
Suena el fijo de mi casa, que por cierto no sé de ni dónde lo habrán conseguido ni la eficacia de la estúpida LOPD, que se saltan a la torera por más que les haya dicho mil veces que me den de baja en sus bases de datos.

– ¿Sí? … ¿Hoola? … ¿Quién es?
Unos eternos segundos después, por fin responden.
– Soy Israel Albacete y le llamo de Jazztel para ofrecerle una…
– Por favor, no me interesa, no vuelvan a llamarme, os lo he dicho cien veces, estoy muy contento con mi compañía actual y no pienso cambiarme, gracias.
– No, no, no, mire usted, la oferta es…
– Por favor, no me interesa, no insista, no vuelva a llamarme nunca más. – Y cuelgo.
Vuelve a hacerlo, para mi sorpresa, y vuelvo a cogerlo.
– ¿Sí? – Esta vez con un poco de mala leche.
– ¿Pooooor qué no puedo llamarle yo todas las veces que quiera? – con una voz de chulería extrema que me cuesta creer.
– ¡Porque como sigan llamándome voy a denunciaros! – respondo a voz en grito (mal por mi parte, pero no pude controlarme) y vuelvo a colgar.

Después sucede algo que aún me cuesta creer, me llama unas seis veces seguidas mientras yo lo cojo y cuelgo en cada una de sus embestidas, hasta que mi mujer, con su gran sentido de la diplomacia, me dice que le pase el teléfono.
– Hola – con su voz más dulce – no nos interesa su propuesta, por favor no vuelvan a llamar…
– Hemos llamado tantas veces porque su marido nos ha insultado y…
– ¿Insultado? He estado escuchando y no he oído ningún insulto, dígame lo que le ha dicho, por favor. – Así un rato de discusión hasta que cuelga…

Pero vuelven a llamar y le dicen a mi mujer que es el supervisor y quiere disculparse por lo que ha sucedido. Pero yo estoy seguro de que es mismo energúmeno, asustado por lo que ha hecho. No es posible que un superior se haya puesto tan rápido al tanto de la situación.

Si son capaces de tener en su equipo de teleoperadores a gente que actúa así con usuarios que no son clientes, ya sea por órdenes o por motivos personales, miedo me da el resto de secciones de su empresa.

“Te cambiarás por el ahorro y te quedarás por el servicio técnico.”

Jazztel
Foto del Facebook de Jazztel.

Esta frase, repetida hasta la saciedad por Jesús Vázquez en los spots televisivos de la compañía es toda una declaración de intenciones: Somos baratos y somos malos, tanto que tendrás que recurrir a nuestro SAT. La mente que parió este claim dormirá tranquila, no hay duda, pero cualquier potencial cliente de la compañía con dos dedos de frente debería sentir un rechazo previo acorde a tal metedura de pata.

Si el departamento de Marketing de Jazztel permitió semejante atentado a los cimientos de la publicidad, no deberían extrañarnos los métodos que usa la empresa en su fuerza de ventas telefónica.

 

 

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