Lisboa, en una interesante encrucijada

Fue en el siglo pasado cuando recorrí por última vez las calles de Lisboa, hasta hoy que he vuelto a esta preciosa ciudad, sede del Velo-city Conference de este año, el mayor congreso de movilidad ciclista del mundo que durante cuatro intensísimos días ha convertido el Parque das Nações en el epicentro mundial de las dos ruedas y los pedales.

Vamos por partes, primero lo laboral: tercera vez que acudo a este evento, organizado por la Federación Europea de Ciclistas a la que asisto en representación de la Red de Ciudades por la Bicicleta y como miembro de la junta de Cities and Regions Network, que vuelve a ponerse en marcha presencial tras unos meses algo parada por el Covid. Una conferencia en la que hacer cada vez más contactos tanto en Europa como fuera del continente, pero principalmente haciendo piña a nivel nacional, con muchas nuevas caras que poco a poco se van uniendo a la movilidad sostenible por todo el país. El grupo de españoles es cada vez más numeroso y heterogéneo, lo cual da pistas de hacia dónde se dirigen nuestras ciudades con gente trabajando desde Barcelona, Valencia, Madrid, Aragón, Navarra, Sevilla, Donosti, Pamplona o Murcia… En esta edición, tras haber expuesto en la anterior celebrada en Dublín, me propusieron moderar un panel de experiencias ciclistas en Kiev, Zagreb, París y Sevilla, cuatro ejemplos del efecto sinergia que se produce cuando las asociaciones de usuarios trabajan mano a mano con las entidades públicas, tanto locales, como regionales o incluso nacionales, una pena que nos quedáramos sin tiempo para la cantidad de preguntas y participación del público que hubo. También es importante poner en valor en un escaparate internacional como este lo que, aunque con retraso, estamos comenzando a realizar en nuestro país. Acudí a todas las demás ponencias que pude, dado que en estos eventos se suelen solapar muchas de ellas y me traje muchas ideas y nuevos amigos. El año que viene nos vemos en Eslovenia, ojalá ya con menos medidas de seguridad sanitaria que en mi opinión han descafeinado algunos momentos, con tanta mascarilla y distancia. Será un buen síntoma.

Por la parte lúdica Lisboa está tal como la recordaba, radiante, luminosa, con sus elegantes nubes y calles empinadas, las fabulosas vistas desde las alturas, su excelente bacalao y vinho verde, rezumando el típico portugués regusto a decadencia (aunque lejos de la que despide Oporto) y con ganas de conocer cada rincón de sus barrios y colinas, algo imposible dada la gran extensión de una ciudad que esta vez pude recorrer con las geniales bicicletas públicas eléctricas del servicio Gira Bike y que se encuentra en una interesante y positiva encrucijada con elecciones a la vuelta de la esquina y un proceso de reforma de su movilidad más que ambicioso.

A favor su clima muy agradable y poco predecible, su buena comida a un precio a veces irrisorio y una gente encantadora y servicial, de esa que te deja el poso de querer volver. Habrá que hacerlo, Lisboa está a tiro de piedra, es cálida y acogedora. Y además me falta montarme en sus famosos tranvías.

Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
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La Verdad de Murcia
Septiembre 2021

La movilidad que viene.

Los próximos meses son clave para algunos de los asuntos más importantes de nuestro país. Se presentan cientos de retos en este nuevo “curso” que tenemos por delante. Política, economía y sociedad marcan el camino y con ellos, tirando del carro, todos los aspectos diarios de nuestras vidas. Desde la Red de Ciudades por la Bicicleta (RCxB) estamos inmersos de lleno en dos grandes proyectos.

En septiembre se celebra la Semana Europea de la Movilidad, una acción que lleva desarrollándose varios años en nuestro país y que supone un punto de inflexión en las políticas de movilidad sostenible de nuestras ciudades. De hecho este año Murcia y Palma de Mallorca han sido premiadas por las actividades desarrolladas el año pasado, motivo de especial orgullo para nosotros, dado que Murcia era Presidencia de nuestra RCxB en aquel momento y actualmente es Vicepresidencia. Palma por su parte, forma parte de la Junta Directiva. Es muy interesante estudiar cómo ciertas medidas que se implantan a modo de prueba pasan a ser permanentes, actuando como ejemplo y contagio hacia otros municipios. Este año las ciudades asociadas a nuestra RCxB han previsto multitud de actividades que serán apoyadas y difundidas concienzudamente. Por otra parte, casi todos los grandes organismos nacionales apuestan este año especialmente por la movilidad sostenible y han contado con nosotros para participar en sus acciones. En Septiembre también se llevará a cabo una de las mayores ferias centradas exclusivamente en la bicicleta de todas las que se desarrollan en el país.

Más adelante, entre noviembre y diciembre, se celebra Conama, el Congreso Nacional de Medio Ambiente, que cada dos años pone encima de la mesa las preocupaciones y retos a los que se enfrenta el sector a nivel mundial. Y no sólo el sector, sino toda la economía, puesto que el medio ambiente y la sostenibilidad se están entretejiendo y solapando con todo lo demás, afortunadamente. Este año, Conama apuesta por fortalecer la conexión de personas y organizaciones para impulsar el cambio a una economía baja en carbono, circular y verde y aprovechar sus oportunidades. Forman parte de Conama las ciudades, empresas, organizaciones de la sociedad civil, científicos, políticos, técnicos, ecologistas, gobiernos, plataformas ciudadanas, universidades, emprendedores, estudiantes y periodistas. Todos ellos invitados a trabajar para que nuestro país avance hacia una senda de desarrollo inclusivo, sostenible y resiliente. Se han elegido nueve ejes de trabajo: Energía, eficiencia y cambio climático, movilidad, renovación urbana, desarrollo rural, biodiversidad, agua, calidad ambiental y salud, residuos y economía y sociedad. Todos ellos con multitud de grupos y sesiones de trabajo.

De nuevo desde la Red de Ciudades por la Bicicleta trabajaremos mano a mano con la organización del congreso, participando en todos los grupos del eje de movilidad y liderando el ST8, centrado exclusivamente en la bicicleta. Un grupo que tiene mucho que decir y que durante el mes de agosto está evaluando la presentación a realizar. Además, personalmente participo en otros grupos de trabajo. Un orgullo y responsabilidad trabajar por dejar un mejor mundo para nuestros hijos.

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Nacho Tomás
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Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 24 de Agosto de 2016

Fecha original de publicación:25 agosto, 2016 @ 14:40

La ciudad sana

Si todos tenemos dentro un seleccionador de fútbol es de recibo extenderlo a que todos somos un alcalde en potencia. Tengo la suerte de hablar a menudo con muchos de ellos. Reconforta escucharles convencidos del nuevo modelo de ciudad que nos viene. De la nueva movilidad. De los nuevos estándares. Del nuevo territorio. Hablamos de sostenibilidad, de eficacia, de contaminación, de retos interesantes. Porque a cualquier persona en sus cabales le gusta vivir en una ciudad sana. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calculado que cada año mueren tres millones setecientas mil personas de manera prematura por culpa de la contaminación atmosférica, la gran mayoría en núcleos urbanos. Pero, ¿qué es una ciudad sana? Bajo mi punto de vista las urbes son entes vivos. Metafóricamente nuestra ciudad es un ser humano que palpita al ritmo de sus habitantes. El cerebro es el ayuntamiento. Los huesos y los músculos son las infraestructuras. La educación y la cultura son las leyes. Una ciudad, un cuerpo.

La ciudad enferma cuando cualquiera de sus órganos falla. Si la educación recibida es escasa y simplista nos encontraremos con múltiples problemas convertidos en descuidos de conducta y plasmados en aberraciones urbanísticas o carriles bicis incoherentes. La salud se deteriora si la normativa es demasiado férrea o las ordenanzas demasiado confusas. Al igual que nos vacunamos y hacemos ejercicio para cuidar nuestros cuerpos debemos revisar nuestras leyes y adaptarlas a los tiempos que vivimos. A las ciudades les falta calcio cuando no hay aceras suficientemente anchas y tienen el colesterol alto por culpa de los atascos. La artrosis se llama urbanismo oxidado. Un ciudadano es una simple célula, aislada e inútil por sí misma, una gota en el océano que se convierte en multitud operativa si se asocia convenientemente. Aunque cuidado, también puede extender un cáncer entre el resto.

Hace falta valentía, altura de miras y futuro en los ojos. Nuestros gestores pueden pasar a la historia cerrando los centros de las ciudades al tráfico motorizado. Ya hay más de uno que lo ha hecho, de todos los colores. Se deben afrontar las lógicas quejas iniciales. Aunque el ciudadano medio por lo general tiene aversión al cambio la mejora final para todos es innegable. No es sencillo, está claro. Pero está a nuestro alcance y si sabemos que nuestros niños pueden volver a las calles es un pecado no trabajar para ello. Sufrimos demasiadas normas cuando en una sociedad avanzada deberían hacer falta muy pocas, ejemplarizantes y fáciles de cumplir. Tenemos un problema en España cuando a todo pone nombre y sanción.

En el fondo no es más que aplicar el sentido común. Ese sentido que no es igual para todos ni en todos los momentos del tiempo. Evolucionamos nosotros, evoluciona la sociedad, evoluciona la tecnología. Que también evolucionen las ciudades. Vamos a trabajar para ello. Respeto a los demás, respeto a ti mismo. No hay más.

 

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Nacho Tom
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ículo publicado en La Verdad de Murcia el 1 de Junio de 2016

Fecha original de publicación:1 junio, 2016 @ 11:58

No son las bicis, somos nosotros.

Montar en bici es muy sencillo. Mi hijo pequeño con seis años sabe hacerlo sin ningún problema. Circular es otra historia. Desplazarte por la ciudad dando pedales es una maravilla. Vivo en el sur Murcia y durante cuatro años la atravesaba cada día hasta el instituto Alfonso X, en lo que ahora es La Flota y antes era  La Huerta. En el norte. También en los primeros años de carrera me desplazaba a diario a la Facultad de Economía y Empresa, me hice amigo del bedel y permitía meter mi vehículo en una habitación o atarla a una escalera usada por casi nadie. Hace 20 años había pocos ciclistas en Murcia y los que circulábamos lo hacíamos cumpliendo las normas. Y mirados de reojo. Recuerdo cuando una vez quise atajar a las tres de la tarde por una calle Trapería totalmente desierta y dos policías locales me obligaron a echar el pie a tierra. Lógico.

Actualmente las cosas han cambiado a mejor por el enorme incremento de usuarios, producido por diversos motivos. Esto consigue, en mi opinión, una de las grandes bondades de ser cada vez más: los coches ya no se sorprenden al vernos por la calle y están preparados para adaptarse. Si pedaleas sabrás a lo que me refiero. Vaya por delante, no soy anti-coche, de hecho tengo uno y lo uso cuando es necesario. Esa es la clave, usarlo con cabeza. Hasta cierto punto el automóvil soluciona situaciones, pero pasado un umbral se convierte en un problema. Hay que reducir su uso, no eliminarlo y, aunque hace falta ser valiente, nuestros responsables tienen muchas posibilidades a su alcance para hacerlo. Conozco cientos de ejemplos de otros países, ciudades y empresas que han funcionado muy bien. Se trata de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, cuidar su salud, reducir la contaminación que nos acosa (produce más muertes que los propios accidentes de tráfico) y otros muchos beneficios.

Pero siendo sinceros, el escenario también ha cambiado a peor porque muchos nuevos usuarios no saben circular. Se saltan semáforos, se suben a las aceras, cruzan pasos de cebra sin bajarse de la montura, van por calles de sentido prohibido, pasan a toda pastilla entre ancianos o niños en una plaza y otras muchas cosas que producen rechazo a los que intentamos movernos por la ciudad dando pedales con respeto. Y esto causa, naturalmente, rabia y enfado al resto de usuarios de la vía. Pero por favor no generalicemos: la culpa es de esta gente, no de las bicis. Vivo esto mismo en todas las ciudades del país. Sin excepción. Vamos en el buen camino aunque queda mucho por hacer. La mano dura con los que no cumplen las normas es un primer paso, pero que sea igual de dura para todos.

 

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Nacho Tom
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ículo publicado en La Verdad de Murcia el 13 de Abril de 2016

Fecha original de publicación:13 abril, 2016 @ 12:18

El futuro de las ciudades

El gran astrofísico Stephen Hawkins decía que la inteligencia no es más que la habilidad de adaptarse al cambio. Y si ha habido en la historia una época de cambios profundos tengo serias dudas de que alguna pueda compararse en intensidad a ésta que tenemos hoy frente a nuestros ojos.

Toca evolucionar por dentro, por fuera, empresarialmente, conceptualmente. Va a cambiar la música, el arte, el cine, la cultura y los medios de comunicación. Está cambiando nuestra cohesión familiar, nuestra forma de trabajar y de relacionarnos. Y también van a cambiar nuestras ciudades. O más nos vale.

Es probable que la movilidad sea inicialmente la primera de nuestras acciones recurrentes afectada. Me temo que el teletrabajo, que tan buenos resultados está demostrando, vaya perdiendo protagonismo en algunas empresas con ciertos jefes y empleados obsesionados con el presencialismo, conocido archienemigo de la productividad.

La contaminación, que actualmente se encuentra en mínimos históricos, podría volver a repuntar con una fuerza inusitada provocando, como está ya demostrado, devastadores efectos multiplicadores en la letalidad del Covid-19. Antes de volver a subirte a tu coche el próximo día que vayas a trabajar, piensa si pudieras realizar ese mismo trayecto andando, en bici o en transporte público, los tres grandes olvidados. Esos gestos cotidianos que deben repensarse alejándolos de la anterior inercia.

Sé que no siempre es algo sencillo o fácil en el inicio, por ello es un momento clave para que ciudadanos y  entidades públicas locales, regionales y nacionales miren fijamente hacia delante y nos los pongan a todos más fácil. Desde la Red de Ciudades por la Bicicleta hemos lanzando un plan de choque consistente en los siguientes puntos, que te invito a leer con tranquilidad y afán constructivo.

Ampliar las redes ciclistas, reabrir los sistemas de alquiler, coordinar los semáforos para priorizar peatones y ciclistas, conseguir ciudades 30 y hacer respetar los límites de velocidad, facilitar espacios de aparcamiento seguro, impulsar los servicios de ciclo-logística, puesta en marcha de ayudas para la compra de bicicletas, actualización de la normativa, planes locales y regionales de impulso económico de este sector, formación vial en las escuelas e institutos y, como guinda y si fuera posible, nombrar una figura responsable de la coordinación interadministrativa de todo lo anteriormente expuesto.

Porque la bicicleta no contamina, no hace ruido ni provoca accidentes graves, es flexible y no ocupa espacio público, que tan necesario y escaso ha demostrado ser en nuestras urbes estos días, totalmente desbordadas de gente saliendo a la calle. La bicicleta además genera salud física y emocional, es económica y, en estos momentos y aunque duela decirlo, facilita el distanciamiento físico.

Es la hora de la bici. ¿Te apuntas?

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Nacho Tomás
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Artículo publicado en La Verdad de Murcia
6 de mayo de 2020

Los umbrales de tolerancia

Ojo a esta historia.

La Policía Local de Murcia hizo el otro día uno de sus múltiples controles rutinarios de tráfico. Esta vez en la Avenida Primero de Mayo, arteria medianamente grande de la capital que cuenta con una densidad de coches a primera vista importante. El control duró 45 minutos aproximadamente y lo que pasó a continuación te sorprenderá: Se inmovilizaron 3 automóviles por carecer de seguro obligatorio, se detectaron 7 ITV caducadas, se multaron 2 vehículos por circular con el automóvil dado de baja, a 5 por no llevar el cinturón y a 1 por carecer de permiso. ¡18 infracciones en 45 minutos! Y eso que no se hizo control de alcoholemia esta vez, los siguientes días un pieza sextuplicó la tasa permitida.

Hasta que encontré esta información oficial (disponible públicamente en el Twitter de @murciapolicia) siempre había pensado en la injusticia con la que la sociedad trata cualquier medio de transporte que no sea el coche, haciendo en muchos casos la vista gorda a sus temerarios comportamientos, quiero pensar que por desconocimiento aunque a veces intuyo que la pereza y la comodidad juegan su parte. Es fácil desmontar bulos si investigas un poco.

Me encuentro infinitos coches cada mañana aparcados en doble (o triple) fila, que se saltan a toda pastilla semáforos en ámbar, no respetan los límites de velocidad, que van hablando (o toqueteando) por el móvil mientras conducen o que no ponen los intermitentes jamás. Hasta aquí es mi visión personal y quizá subjetiva, caminando o en bici mientras miro a mi alrededor.

Pero es que, atentos, según datos de la propia Dirección General de Tráfico circulan sin seguro dos millones de vehículos en España y dos millones y medio lo hacen con la ITV caducada según la Universidad Carlos III de Madrid.

No digáis que no es para echarse las manos a la cabeza.

Se buscan culpables erróneamente y se hace la vista gorda con un medio de transporte que ha colonizado nuestras calles, provoca contaminación ambiental y acústica, atascos y accidentes, tiene una bajísima tasa de ocupación y es totalmente ineficiente en distancias cortas. ¡Pero que no me lo toquen que muerdo!

Es curioso lo bajo que está el umbral de tolerancia con los ciclistas imprudentes (totalmente repudiable que una bicicleta se salte un semáforo o circule por la acera por supuesto, estos son los dos grandes delitos que cometen) pero sea tan alto con los coches. Posiblemente porque estemos tan acostumbrados a ello que ya ni lo veamos.

Miremos un poco a nuestro alrededor antes de seguir criticando sin criterio.

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Nacho Tomás
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Artículo publicado en La Verdad de Murcia
4 de marzo de 2020

Cuatro años más de bicicletas

Entre las infinitas ventajas de la bicicleta como medio de transporte en las ciudades hay una que toma especial relevancia en un momento como el actual. Se trata de la necesidad de que una mente real tome las riendas, elija una dirección y marque un punto de destino al que llegar transformando energía animal en movimiento, alejado de la impersonalidad de una máquina individual o de un programa informático.

Tengo la suerte de trabajar con la Red de Ciudades por la Bicicleta desde hace ya tiempo y el pasado viernes se celebró su Asamblea General en la que, además de celebrar que justamente cumplimos una década, tocó renovar Junta Directiva, el brazo político de la asociación compuesta por ya 123 entidades públicas de todo el país, principalmente ayuntamientos, que tras cuatro años y como marcan los estatutos llegaba al final de su mandato liderado hasta la fecha por Antoni Poveda, del Área Metropolitana de Barcelona.

Antoni conformó la nueva Junta Directiva a través de una candidatura de consenso que fue apoyada por todos los asistentes y que estará compuesta, hasta 2023, por la propia Área Metropolitana de Barcelona renovando su Presidencia; Sevilla, Bilbao, Murcia y Valencia como Vicepresidencias; y Alicante, Valladolid, Palma, Gijón, Santander, Zaragoza, Donostia, Sant Boi de Llobregat, Fuenlabrada, El Prat de Llobregat, Elche y Cáceres como vocales. Una composición heterogénea en color político, ubicación geográfica y tamaño, lo cual supone un plus de trabajo y responsabilidad que desde el equipo técnico asumimos encantados puesto que en dicha Asamblea también aprobaron por unanimidad los puntos del día que nos afectaban más directamente: gestión técnica, informe financiero anual, presupuesto para el 2020 y plan de trabajo para esta nueva Junta Directiva 2019-2023.

Una asociación como la Red de Ciudades por la Bicicleta, compuesta por entidades públicas de todos los colores, necesitaba concentrar su energía en los objetivos comunes y para ello hacía falta cohesionar los puntos de vista de todos los actores directos e indirectos. Hacían falta personas que, pedaleando entre burocracia política, consiguieran sacar a la luz el brillante lado humano de los organismos municipales, regionales, nacionales y europeos.

Un equipo técnico que no habría podido hacer nada sin la excelente Junta Directiva con la que hemos trabajado (y que ha sabido dejar trabajar) en el periodo 2015 – 2019 para situar la bicicleta en el lugar que le corresponde dentro de la sociedad. Ahora, con la nueva, vamos a por otros cuatro años más de bicicletas. Gracias por seguir confiando en mí y el resto del equipo técnico, estaremos a la altura para seguir siendo la entidad con más influencia política en los asuntos de movilidad ciclista del país.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
4 de diciembre de 2019