Ayer en Valencia me lo volvieron a decir: “Nacho, te gusta conocer gente para presentarla a otros.” Me han dicho que soy algo así como un conector. No puedo evitarlo, me encanta hablar y escuchar aunque a veces hablo más de lo que escucho (he de reconocerlo) y me siento como pez en el agua rodeado de humanos. Una vez incluso llegué a presentar a una pareja, casada desde hacía años, puesto que los conocía a cada uno por un tema diferente y no tenía ni idea de que eran novios. Más vale cometer estos deslices de vez en cuando a estar en una reunión donde no sabes cómo se…