Ayer estuve en el Circo. Por un rato volví a ser niño. Momentos sin respiración, miedo, risas, grandes emociones. La gente tenía ganas de disfrutar, desde aquí un fuerte aplauso al chico del público que salió obligado y se comportó como si llevara toda la vida en un escenario. ¡Crack! No tenía ni idea de lo que me iba a encontrar y el espectáculo de “Eoloh!” ciertamente sorprende. Al principio me pilló con el pie cambiado, dando la impresión de ser totalmente para niños. Una lástima no haberlos traído, la verdad. Pero poco a poco se van intercalando actuaciones impresionantes con momentos más flojos, o más dirigidos a niños, los…