Las PYMES muchas veces funcionamos por impulsos, completamente desbordados por la información que nos rodea, por las tareas de hoy, por las cargas de mañana, por los pendientes de ayer. Cuando comienza la trayectoria empresarial no suele haber una carga de trabajo suficiente como para tener que cambiar los modelos de comportamiento puesto que, sencillamente, aún no existen. Disponemos de tiempo libre para pensar, pero solemos usarlo, con toda la lógica del mundo, en buscar clientes, que para eso nos hemos liado la manta a la cabeza. De la noche a la mañana, si todo ha ido medianamente bien, nos vemos gestionando una pequeña empresa, formada en la mayoría de…