Tengo cuatrocientas y pico palabras (me temo que esta vez van a ser más) para intentar comprimir lo inabarcable, describir las sensaciones que despierta París en el viajero, los rincones más comunes, las sorpresas menos conocidas y, tras cinco veces en más de veinte años por sus calles, decido que puedo atreverme a probar. Allá vamos. Partamos de la base de que no es lo mismo viajar solo, en pareja, acompañado de amigos o hacerlo en familia. He estado en la capital de Francia en todos los casos anteriores y además, tanto por trabajo como por placer, que tampoco es lo mismo. Sea de la forma que sea, os cuento…
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A París en bicicleta.
Cuando desde Villes Cyclabes me escribieron para participar como ponente en COP21 no acababa de creérmelo. Preparé una pequeña charla titulada: “Spain, a different way of cycling” que iba a ser presentada dentro de la Conferencia de Alcaldes, una de las muchas actividades paralelas de la gran cumbre del clima. Cuando ya tenía el viaje prácticamente cerrado recibí la mala noticia de que, al igual que otras muchas acciones, sería lamentablemente cancelada. Poco después, no creo en el destino pero mira, se pusieron en contacto conmigo desde Iberdrola, querían que participara en su acción #Just2challenge, un ambicioso proyecto que se propuso ir en bicicleta eléctrica desde Bilbao a París para concienciar sobre el cambio climático, apostando…