Triatlon de Agramón 2015

Por cuarto año consecutivo me dirijo a Agramón a competir en su triatlón, el más famoso de la zona y quizá el de más nivel. Vuelvo al lugar donde empezó todo allá por 2012. Una pena que mis hermanos, que el año pasado estuvieron conmigo, no puedan venir esta vez. Eso sí, voy bien acompañado.

Triatlon de Agramón 2015

Ha llovido mucho antes de la salida, refresca un poco en la orilla del Pantano de Camarillas, la mayoría de los atletas lo agradece, pero yo echo en falta más calor. Soy murciano, que se note. Dan la salida y arranco con todo, pero desde el primer momento noto que no me encuentro bien en el agua, me cuesta respirar, me llevo muchos palos y no cojo ritmo.

Triatlon de Agramón 2015

A eso sumamos que no distingo las boyas de los gorros amarillos que nos han dado, nadando al bulto con la consiguiente inseguridad de no saber por dónde voy. Cruzo las boyas en medio del grupo y me dirijo a la salida con más pena que gloria. Qué mal he nadado. Eso sí, salgo con una sonrisa, como siempre, y afronto la T0 (recorrido de 600 metros desde el agua hasta la T1) con ganas de remontar.

Triatlon de Agramón 2015

Hago la transición rápido pero sin presión, olvido los calcetines y me subo a la bici descalzo por primera vez en mi vida, que sea lo que Dios quiera. Pierdo además unos segundos preciosos metiendo todo en una bolsa de plástico para que no se salga de la cesta que luego nos traerán al pueblo. Puede que haya sido un error hacerlo. Por fin me olvido de todo y me subo a la bici.

Triatlon de Agramón 2015

Desde el primer momento me veo fortísimo, adelanto muchas unidades en la rampa de salida del pantano hasta el enganche con la carretera. Nunca me había visto tan cómodo en este sector en un triatlon, normalmente es el que peor se me da, pero estoy seguro que hoy será diferente. Rondo una media continua de 35 km/h, aunque falta la subida hacia Hellín que suele atragantárseme. Veremos qué tal.

Triatlon de Agramón 2015

Encaro la recta de subida, suave pero continua, convencido de mis opciones. Continúo con fuerza todo el recorrido, sin ningún imprevisto que resaltar ni sorpresas como otros años. Sólo pedalear a muerte, acoplarme y disfrutar de lo bien que me encuentro sobre las dos ruedas. No voy a gastar más palabras en los grupos de ciclistas que no respetan las reglas y van dando relevos, algo prohibido en esta prueba. Ellos mismos.

Triatlon de Agramón 2015

Creo que sólo me ha adelantado un corredor en todo el sector y ha sido en la bajada, casi en la entrada a Agramón de nuevo, que cruzamos dirigiéndonos a los boxes con el último esfuerzo pintado en la cara.

Triatlon de Agramón 2015

Hago la transición 2 bastante rápido, el no tener calcetines me da un poco de miedo, si ya era la primera vez que iba en bici sin ellos, tener que correr 5kms también así va a ser complicado, pero qué demonios, si aprieto serán poco más de 20 minutos, ¿qué puede pasarme? He olvidao los cordones elásticos y pierdo otros buenos segundos ajustándome las zapatillas. ¡Error de novato!

Triatlon de Agramón 2015

Atravieso la fiesta de las calles de Agramón con una sonrisa en la cara, esta gente es la ostia, qué buen rollo transmiten y qué buenos ánimos nos dan a los corredores. Desde la primera zancada me siento volando. Adelanto un buen número de corredores mientras sigo concentrado en la técnica y en la respiración.

Triatlon de Agramón 2015

Según mi Garmin voy por debajo de 4min/km continuamente, sorpresa total. En la recta que sale del pueblo me cruzo con los compañeros del club, nos animamos mutuamente, menudo subidón. Veo sus caras, sus sufrimientos e imagino mi rostro, maquillado con las gafas. Tengo los pies destrozados, veo sangre en la zapatilla derecha, tengo que practicar más esto de correr sin calcetines.

Triatlon de Agramón 2015

Aprieto un poco más, veo a Parra a unos metros por delante, me temo que no podré alcanzarle, me va a faltar un kilómetro. Este último sector a pie se está convirtiendo en mi especialidad últimamente, pero no es suficiente. Me he propuesto no mirar el tiempo total de carrera, el año pasado me llevé un chasco importante al no bajar de 1h20m como había previsto. Hoy sólo tengo puestos los parciales y ritmos por sectores, no quiero distracciones.

Triatlon de Agramón 2015

La técnica es satisfactoria, cruzo la meta en 1h15m, una barbaridad para mí. Levanto los brazos y respiro hondo. ¡Cómo me gusta esto!

En la vida hay que saber ganar y perder. Esta vez, tras tres victorias consecutivas (Olímpico de Jumilla, Half Ironman de Almudayna y Carrera Aidemarcha) me tocó morder el polvo contra mi gran amigo-rival Francisco Parra, por lo que fué un auténtico placer promover un manteo para él, al que me ayudó todo el equipo TRI Impulso. ¡Sois grandes, chavales!

Me ha ganado, por primera vez, con todas las de la ley. Se lo merece y así se lo reconozco. Nos veremos las caras de nuevo. Esto es la esencia del triatlon.

Triatlon de Agramón 2015

Gracias especiales a Antonio Caravaca, compañero del club, que nos abrió las puertas de su casa donde pudimos disfrutar del «tercer tiempo» con un grupo de gente que, cada día, me demuestran lo grandes que son.

Estos son los tiempos oficiales: (Link a Conxip)

  • Natación 750m – Tiempo: 0:13:432 – Posición: 87
  • Bicicleta 20km – Tiempo: 0:35:44 – Posición: 54
  • Carrera a pie 5km – Tiempo: 0:20:26 – Posición: 66
  • Tiempo total: 1:15:36 – Posición: 69 de 339

Analizando los años anteriores es curioso ver cómo he mejorado mi mejor marca 6 minutos sobre el 2014, y eso que he hecho la peor natación de los últimos 3 años, sólo fue peor el año del estreno en 2012. En cambio en bici y corriendo he pulverizado mis registros. De todo se aprende.

Triatlon de Agramón 2015

Lo que aprendo, año tras año, es que me divierto como un niño compitiendo. Que las cervezas post-carrera son lo mejor del mundo. Que la gente que conozco es un tesoro. Que Tito, Francis, Marisa y Oscar, Maribel, Juanan y tantos otros sois especiales y generáis un buen rollo que se contagia.

¡GRACIAS!

Sentir cómo mejoras es una sensación complicada de explicar con palabras, exprimirte en cada carrera, cruzando alternativamente esa delgada línea roja que separa el placer del sufrimiento.

 

 

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