La ley de acción del yo

Mi vasto conocimiento del arte se resume fácilmente en una frase: me gusta lo que me hace sentir. Y esto me sirve para casi todo en la vida, no me hace falta ser experto ni pienso discutir sobre ello: si te da cosquilleos, por ahí vas bien.

Comento esto tras una preciosa tarde de charla con Juan José Ballester, perito criminalista y profesor de Univerisdad centrado, ahora que puede, en su gran pasión: la fotografía. La fotografía de retratos para ser más exactos.

Le conozco desde hace muchos años y me ha convocado en su casa a las siete de la tarde, familia presente, día caluroso, olor a monte cercano. Tengo algo más que curiosidad, siento que soy parte de una película, he visto tantos de sus trabajos que no me acabo de creer que hoy seré yo el inmortalizado. ¿Cómo será ese fondo tan raro que flota tras las imágenes? ¿Qué técnicas utiliza para conseguir sacar la verdadera esencia de tanta gente (alcaldes, concejales, consejeros, artistas y hasta un obispo) que pasa por aquí?

Las redes sociales han conseguido algo curioso con sus trabajos, todo el mundo quiere ser retratado por su cámara, por sus manos, por su estilo. Pero lo que no sabes, hasta que te sientas en su estudio, es que lo mejor no son las fotos, no son las poses, no es la cámara… Lo mejor es la charla con él, hablamos de cientos de temas, me pregunta mucho pero abro la boca poco (para mi propia sorpresa) pues le escucho embelesado mientras intento, con poco éxito, hacerle caso y no pensar en el objetivo, imaginarme (palabras textuales suyas) que estoy en el pasillo de mi casa. Pero lo tiene complicado y se da cuenta. No te abres, Nacho. Ya sé yo que no lo hago, Juan. No es intencionado, pero es así. Seguimos hablando y, casi al final, como buena muestra de la “Ley de la Acción del Yo” de Solange Pellat, consigue varias fotos magníficas, aun cuando el modelo ha aportado más bien poco.

Realmente lo que hace Juan son autorretratos, aunque él no salga, porque en sus fotos no salimos los personajes que él selecciona, sale lo que él proyecta en nosotros, sale nuestra conversación, su genio, su don, sale su arte, porque si esto no es arte con lo que nos hace sentir, qué otra cosa podría serlo.

Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
Twitter: @nachotomas
La Verdad de Murcia
Junio 2022

Revelando mi pasado fotográfico.

Hace mucho tiempo que me gusta la fotografía. Como aficionado, nada serio. Fuí uno de los primeros en tener una cámara digital, allá por el año 2000. No llegaba a 1MP de resolución y las fotos eran realmente de baja calidad. No tenía batería, funcionaba a pilas y las devoraba sin piedad.

Olympus C765UZ

En el 2004 compré una pequeña joya, la Olympus C765 UZ, un paso de gigante para un amateur como yo. Disponía de un zoom óptico de 10x y una calidad de casi 4MP. Gran compañera en muchos de mis viajes. Todavía la tengo, aunque prácticamente no la uso. La última instantánea data de 2011. Con ella he hecho, sin duda, las mejores fotos de mi vida.

Cuando no estaban arraigados los blogs y ni tan siquiera existían las redes sociales, subía algunas de ellas a esta web: Likuids.com (en la que también podéis encontrar mis primitivas composiciones musicales).

Con el paso de los años, y la evolución de las cámaras integradas en los móviles, dejé de lado el voluminoso aparato y, aunque no hay color entre unas y otras, acabé conformándome. Para rematar, la aparición de programas como Instagram (que ayuda mucho con los filtros, aunque no nos convierta en fotógrafos por mucho que nos empeñemos) hicieron el resto.

Cuando vuelva a tener tiempo libre compraré una réflex y retomaré este hobby.

 

 

 

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