Los umbrales de tolerancia

Ojo a esta historia.

La Policía Local de Murcia hizo el otro día uno de sus múltiples controles rutinarios de tráfico. Esta vez en la Avenida Primero de Mayo, arteria medianamente grande de la capital que cuenta con una densidad de coches a primera vista importante. El control duró 45 minutos aproximadamente y lo que pasó a continuación te sorprenderá: Se inmovilizaron 3 automóviles por carecer de seguro obligatorio, se detectaron 7 ITV caducadas, se multaron 2 vehículos por circular con el automóvil dado de baja, a 5 por no llevar el cinturón y a 1 por carecer de permiso. ¡18 infracciones en 45 minutos! Y eso que no se hizo control de alcoholemia esta vez, los siguientes días un pieza sextuplicó la tasa permitida.

Hasta que encontré esta información oficial (disponible públicamente en el Twitter de @murciapolicia) siempre había pensado en la injusticia con la que la sociedad trata cualquier medio de transporte que no sea el coche, haciendo en muchos casos la vista gorda a sus temerarios comportamientos, quiero pensar que por desconocimiento aunque a veces intuyo que la pereza y la comodidad juegan su parte. Es fácil desmontar bulos si investigas un poco.

Me encuentro infinitos coches cada mañana aparcados en doble (o triple) fila, que se saltan a toda pastilla semáforos en ámbar, no respetan los límites de velocidad, que van hablando (o toqueteando) por el móvil mientras conducen o que no ponen los intermitentes jamás. Hasta aquí es mi visión personal y quizá subjetiva, caminando o en bici mientras miro a mi alrededor.

Pero es que, atentos, según datos de la propia Dirección General de Tráfico circulan sin seguro dos millones de vehículos en España y dos millones y medio lo hacen con la ITV caducada según la Universidad Carlos III de Madrid.

No digáis que no es para echarse las manos a la cabeza.

Se buscan culpables erróneamente y se hace la vista gorda con un medio de transporte que ha colonizado nuestras calles, provoca contaminación ambiental y acústica, atascos y accidentes, tiene una bajísima tasa de ocupación y es totalmente ineficiente en distancias cortas. ¡Pero que no me lo toquen que muerdo!

Es curioso lo bajo que está el umbral de tolerancia con los ciclistas imprudentes (totalmente repudiable que una bicicleta se salte un semáforo o circule por la acera por supuesto, estos son los dos grandes delitos que cometen) pero sea tan alto con los coches. Posiblemente porque estemos tan acostumbrados a ello que ya ni lo veamos.

Miremos un poco a nuestro alrededor antes de seguir criticando sin criterio.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
4 de marzo de 2020