Cualquier tiempo pasado fue anterior

Vale, no tengo perdón de Dios, un murciano de pura cepa como yo que nunca había estado en Cabo de Palos, nombre que proviene del latín “palus” (laguna) por su cercanía al, lamentablemente en boca de todos estos días, Mar Menor. Según Wikipedia “situado en las últimas estribaciones de las cordilleras Béticas del complejo nevado-filábride formado por micaesquistos paleozoicos” y en cristiano: enclave esplendoroso en un emplazamiento geográfico único.

Unas aguas en las que hace unos cuántos años se libró la mayor batalla naval de la Guerra Civil Española y donde aún más tiempo atrás se construyó el majestuoso faro que a 80 metros sobre el nivel del mar domina la zona. Y esto es la parte de arriba, la que se ve en superficie, porque debajo del nivel del mar la cosa aún mejora, si cabe, declarado como uno de los mejores lugares de Europa para bucear.

Y a eso fuimos el pasado domingo, hermanos y buenos amigos, a disfrutar sufriendo como siempre que llevamos un dorsal, esta vez pintado en la piel. La travesía a nado TimonCap consiste en unos tres kilómetros y medio dando la vuelta al promontorio en el que sitúa el anteriormente mencionado edificio luminoso. Con una paupérrima preparación acuática un año en el que principalmente me he dedicado a entrenar en bicicleta, afronto esta prueba con pocas garantías pero dos ases en la manga: el buen estado de forma deportivo en general que siempre ayuda y el pique con los hermanos que habitualmente hace el resto.

A las diez de la mañana suena la bocina y comienzo a nadar tranquilo, sin los codazos típicos del triatlón esto es como agua bendita. Al no ser nadador habitual y menos en aguas abiertas me provoca extrañeza ver tan pocas boyas, luego me lo explican, no es una competición en sí misma, se trata de orientación que favorece a los que mejor sean capaces de hacerlo bordeando las rocas. Visualizando por momentos el precioso fondo donde algunas medusas despistadas hacen de las suyas y creo que a todos en mayor o menor medida nos acaban pasando por la piedra, gajes del oficio que aguantamos encantados.

Durante el trayecto voy divisando en todo momento la icónica construcción que vamos dejando siempre a la izquierda. Por momentos pienso en los marineros de antaño, en plena tormenta, rezando por encontrar esta luz a mitad de la noche. Pienso también en los amigos que no pudieron terminarla otros años y encaro el último giro, algo tocado ya físicamente, pegado a un nadador que resulta ser un conocido al que aprovecho para saludar, qué cosas tiene la fuerza mental.

Al acabar, comida con padre, hermanos y familia, un pedazo de arroz y un buen vino para comentar la jugada, hacer planes y recordar los viejos tiempos, que nunca fueron tan buenos como los actuales.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
16 de octubre de 2019

Triatlon de Agramón 2014

Voy a empezar esta crónica por el final. Voy a recrearme en la siguiente foto durante unos años. Tres hermanos juntos en la meta, abrazados, contentos y orgullosos los unos de los otros.

Agramon Llegada

Llego al Triatlon Valle de Agramón 2014 más preparado que nunca, con dos meses de entrenamientos brutales tanto en calidad como en cantidad. Algunos cambios laborales en mi vida han permitido que saque más tiempo para este hobby (y también para mi familia), de lo cual estoy cada día más contento.

Acaba la temporada con esta exigente prueba, en la que participan varios profesionales y poco a poco se está convirtiendo en referencia ya no sólo en la zona, sino en todo el país. El año pasado hice 1h 23m 50s. En mi fuero interno visualizo cruzar la línea por debajo de la hora veinte. Sólo tengo que mejorar un minuto en cada sector y algo las transiciones.

El día de antes, haciendo el último entreno antes de la carrera, se me pincha una rueda de la bicicleta por primera vez en dos años que la tengo. La cambiamos sin mayor complicación, pero el susto de novato en estas lides me lo llevo.

El sábado 2 de Agosto los tres hermanos desayunamos fuerte, no tengo ningunos nervios. Será mi tercer Triatlon de Agramón consecutivo. Aquí fue donde me bauticé en este mundo en 2012. Aquí fué donde el año pasado se bautizó mi hermano Jorge. Y aquí será donde hoy mi hermano Pablo se bautice en este mundo. Curioso. Tres años seguidos, tres estrenos seguidos de tres hermanos ordenados por edad. Muy curioso.

Si hay algo que no me guste de esta prueba es que echas el día entero en ella. Por la mañana hay que llevar las bicis y recoger el dorsal, volver a casa a comer (suerte que nuestro campo está a sólo 30 minutos) y a las 16:30 de la tarde estar de nuevo en Agramón para que los autobuses nos lleven a la salida en el Pantano de Camarillas.

Agramon 23

Allá vamos con las 4 bicis (sí, 4, mi padre se viene a animar a sus tres hijos y de paso quiere hacer una parte del sector ciclista en su clásica MTB) y cuando nos las están cargando en el camión me doy cuenta de que se me ha vuelto a pinchar. Muevo Roma con Santiago, compro otra cámara y llamo a Tito de Adventure Bike que me tranquiliza, diciendo que me la arreglan antes de la salida.

Llego al pantano en el coche de un señor de la zona que se ofrece a llevarme, acepto encantado para ganar tiempo, en mi cabeza la rueda pinchada y el miedo a no poder tomar la salida. Pero Tito es un crack y con la ayuda de Javi, mecánico, me cambian la rueda en menos de 1 minuto. Me siento como los pilotos de Fórmula 1 en boxes, ha sido todo tan rápido que aún ni ha llegado el autobús con el resto de atletas. Les debo la vida. Mil gracias.

Agramon Pinchazo

Más de 300 valientes en la orilla. Caliento un poco en el agua y me coloco en primera línea, he mejorado bastante nadando y no quiero llevarme muchos palos esta vez. Pero sucede todo lo contrario, desde las primeras brazadas noto que estoy en el ojo del huracán: golpes y más golpes, ininterrumpidos. No consigo respirar bien y tengo una de las gafas llena de agua. Más patadas y zarpazos en la primera boya. Indicios de flato. Voy lento. Llego a la segunda boya y ya todo es más sencillo: el sol se refleja en la alfombra de la salida del pantano y es fácil tomarlo como referencia. Es lo único que veo, los ojos empapados, las gafas a la mierda. Más flato. Acelero y dejo algunos atrás, pero no tengo ni idea de cómo voy. Salgo del agua y tropiezo, estoy algo mareado, pero miro el reloj y he recortado un minuto el tiempo del año pasado. 12m49s para estos primeros 750 metros, puesto 87. Bien.

Agramon Natacion

Me pongo las chanclas y comienzo la interminable primera transición, de casi 500 metros, por un sendero de tierra muy cuesta arriba hasta las bicis. Me cuesta respirar, el flato no perdona no haber respirado adecuadamente en el agua (a ver quién lo hacía con el tráfico que había) y me adelantan muchos, muchísimos corredores antes de llegar a descolgar la montura y comenzar a pedalear. Otro minuto recortado en la transición. Vamos según lo previsto. Bien.

Para quien no conozca la salida del Pantano de Camarillas hasta la carretera, puede imaginar la rampa de un parking cualquiera, pues así durante casi 1 kilómetro. Todos vamos pegados al suelo, algunos incluso no pueden meter las calas en los pedales. Creo que es la zona del Tri (exceptuando la meta, claro) en la que más animadores hay.

Agramon bicicleta 1

Adelanto algunos en la primera subida y como en esta prueba no se permite drafting, no me preocupo por seguir buenas ruedas. Me centro en lo mío y listo. Conocer el recorrido ayuda mucho y yo mismo me sorprendo de ir tan bien (los entrenos en bici de este año también ayudan, claro). Veo a mi padre, que va con su BTT y le doy una palmada en el culo, me grita ¡ANIMO! y su apoyo es como tomarse un gel.

Agramon Bicicleta

Hablando de comer, me tomo el que llevo y menudo error. Adelanto varias unidades y sólo me pasan 10 o 12 durante los 20 kilómetros de este sector. Tengo ganas de vomitar, el gel me ha sentado fatal, las arcadas siguen y valoro la idea de parar un momento a echar hasta la primera papilla, pero comienza la bajada hasta Agramón y las angustias se evaporan, aunque vuelven en la subida al Puerto de Hellín, reducidas, eso sí. Llego a la T2 contentísimo y sin más complicaciones, mi mejor sector hasta la fecha, aunque he necesitado 1 minuto más, dada la fuerza del viento en contra que no ha perdonado en una buena parte del recorrido. Mejoro 60 puestos respecto al año pasado. Qué pena que me haya adelantado tanta gente en la T1.

Dejo la bici, veo a mi mujer y mis hijos animando como si fuera Campeón del Mundo, hago una transición limpísima (15 segundo más rápido, un 15% mejor al tratarse de una zona normal, no como la primera) y me lanzo a correr.

Agramon Pie 2

El primer kilómetro a 3:55, voy fenomenal e intento aguantar el ritmo que, lógicamente, baja un poco pero consigo mantenerlo en 4:20 durante los 5kms de la carrera a pie. Veo y oigo ánimos de Armando, Maribel, David, Raúl, Paco, Miguel, Juanan… Gracias a todos, me vienen de lujo. Al final he mejorado otros 65 puestos este sector respecto a 2013, recortando más de 1 minuto.

Agramon Pie

Cruzo la meta con un tiempo final de 1:21:39 y el puesto 109 de 324. Son 58 peldaños subidos en comparación con el año pasado. Dicen que mal de muchos, consuelo de tontos. La mayoría de los triatletas empeoraron sus tiempos del año pasado. Analizando los resultados, hay una caída generalizada de entre 3 y 5 minutos debida al fuerte viento que sopló en contra en el sector de la bicicleta.

Agramon 22

El primer clasificado el año pasado me sacó 22 minutos y este año solo 15. Aún así tengo un sabor agridulce: me hubiera gustado bajar de la hora veinte e incluso estar entre los 100 primeros. Otra vez será.

Agramon Llegada 2

Mención aparte merecen mis hermanos. Jorge ha quedado el 12º de la general, con dos parciales estratosféricos en la bici y a pie, como mejore la natación el año que viene sube al podio. Y Pablo, el pequeño de la familia, se ha estrenado con un tiempazo de 1h31m, mejorando el tiempo de mi estreno, como entrene un poco más, el año que viene nos da un susto a todos. Resumiendo, contento pero con la espinita que he comentado antes.

Ir camino de los 40 y poder seguir disfrutando del deporte es el trofeo que me llevo. Ese, y tener la mejor familia del mundo.

 

 

 .

Travesía Tabarca – Santa Pola 2013

Todo empezó en Marzo, cuando un amigo (Pablo) me habló de esta prueba y me convenció para que nos apuntáramos juntos. Así lo hice, con la mala suerte de que a mí me tocó plaza y a él no (hay sorteo debido a la cantidad de inscritos y el limitado número de plazas). Hasta ese día nunca había nadado más de 1.000 metros. Y en piscina. Así que tengo 4 meses para prepararme una travesía de casi 6kms en mar abierto. Con el miedo que tengo a las profundidades.

Travesía Tabarca Santa Pola 2013

Suelo madrugar para entrenar pero es la primera vez que me pongo el despertador a las 5AM por un asunto deportivo. El sueño que tengo es de otro planeta, cometí el error de salir de copas el viernes y me acosté a las 4 de la mañana. Además el sábado tengo una reunión en Jumilla con lo que sumamos 260 kms de coche antes de caer derrotado a la cama, sin apenas cenar por la mezcla de resaca y nervios. Me levanto de noche cerrada en este domingo 7 de Julio y desayuno mi habitual medio litro de café con leche, acompañado esta vez de 12 galletas maría y 3 croissants rellenos de chocolate. Preparé la mochila la noche anterior, para no despertar a mis hijos y mi mujer. Salgo a la calle, cojo el coche, y me dirijo a Santa Pola. Llego cuando están cerrando las discotecas, y el ambiente en las calles es total.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Aparco junto al puerto deportivo y hago la cola para recoger la mochila cortesía de la organización con el gorro-dorsal, el chip y el silbato (para usar en caso de urgencia). Me acerco al guardarropa donde dejo las cosas que no me llevaré a la isla. Desde el primer momento percibo que la organización es magnífica, todo calculado al milímetro, no hay nada que se les escape. Me siento tranquilo y seguro. Y eso que la procesión va por dentro, mi histórico miedo al mar sigue aquí. La cantidad de nadadores por un lado relaja (espero no ir sólo nunca en todo el trayecto) aunque por otro lado acojona un poco (hay muchísimo nivel). Subo al ferry, soltamos amarras y enfilamos la bocana del puerto mientras el sol comienza a salir por el Mediterráneo. A la izquierda, en la distancia, se dibuja Tabarca.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

El barco en el que me toca hacer el trayecto es una fiesta. Saludos, buenos deseos, cremas solares, vaselina para evitar los roces, consejos y anécdotas de otros años. Hace frío, algo de viento y tengo unas sensaciones diferentes a otras carreras. El total desconocimiento es un buen aliado. Me siento junto a un par de chicos que me hablan sobre lo precioso que es el fondo de Posidonia (primera vez que oigo esa palabra en mi vida) que hay durante toda la Travesía, ya que la  profundidad no supera los 25 metros en todo el trayecto y el agua es cristalina. Estupendo, lo que me faltaba para cagarme a la pata abajo. Me recomiendan no emocionarme al principio e intentar «coger unos pies»  a partir del segundo kilómetro, cuando las fuerzas ya son las reales. Tomo nota mental.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

De repente un pensamiento me bloquea y tengo que sentarme. No puede ser. Me he dejado las gafas de nadar en el guardarropa del puerto. Con tanto lío de gorro, mochila mía y mochila de la organización, cremas y móvil, se han quedado en tierra. Sin gafas no podré realizar la prueba. Menudo error de novato. Intento tranquilizarme pensando en que quizá pueda intentarlo, además así me ahorro ver el fondo del mar, que es precisamente lo que más miedo me da. De todas formas tengo que intentar buscar unas, las que sean. Me acerco a los pilotos y les pregunto por alguien de la organización, me dicen que no saben dónde están, pero preguntan el motivo de mi «mala cara». Les cuento la historia y vuelvo a mi sitio. A los 5 minutos se acerca uno de ellos y me dice que vaya su puesto. En secreto, me entregan unas gafas que se había dejado olvidadas algún pasajero en alguno de los numerosos viajes que realizan. No me lo puedo creer. Les agradezco de corazón su gesto y por fin llegamos a Tabarca. Al bajar, me abrazo a los dos. Me acordaré de vosotros, les digo. Y así sucederá.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

En la playa de Tabarca los últimos preparativos, mucha gente muy preparada pero con caras de tranquilidad. Creo que soy el más nervioso. La salida se produce sobre las 7:50, con banderas marcando la cuenta atrás en minutos, bengalas y bocinazo. Todos al agua. En los primeros metros recibo manotazos de todos los colores. Es normal, somos mil nadadores y muchos quieren hacerse un hueco. Esquivo como puedo los roces y me centro en mi camino. Los globos encima de las boyas ayudan mucho a verlas desde más lejos, lo que hace que no tenga que levantar la cabeza tanto como otras veces he tenido que hacer al nadar. Se agradece.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Paso el primer kilómetro a una velocidad mayor a la prevista e intuyo que se les ha quedado corto al medir, pero no, luego compruebo que he ido rapídisimo. El segundo y el tercero ajusto más y bajo un poco, aunque sigo yendo infinitamente mejor que mis mejores tiempos en los entrenamientos en piscina. Tres o cuatro veces intento seguir unos pies, como me recomendaron, pero no consigo hacerlo, por falta de experiencia y por notar que mi ritmo es otro. Decido no pensar en nada más que en mantener una buena respiración y no mirar mucho al fondo. El agua es cristalina y puedo diferenciar perfectamente algunos pececillos entre las algas y rocas del fondo marino.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Las vistas que tengo son maravillosas y poco a poco voy aceptando que no voy a ser engullido por ninguna criatura de las profundidades, por lo que miro con mayor frecuencia, siempre comprobando que tengo gente alrededor. Un par de veces me encuentro totalmente solo y tengo que parar, buscar un grupo y hacer lo posible por unirme a él. No es recomendable la sensación de no ver más que agua por los cuatro costados. Y bajo tus pies. Solo hay escapatoria en el cielo. Recuerdo a los pilotos de la guarda. El mar está totalmente en calma, aunque noto una pequeña corriente desde el lado derecho, que obliga a ir corrigiendo continuamente la trazada. También ayuda mucho el estar rodeado de decenas de piraguas, como demuestra la siguiente foto.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Los siguientes kilómetros se hacen largos, pero no cansados, incluyendo un par de calambres que tengo que solucionar parando y estirando. Y no es fácil estirar en medio del mar. Llego a las últimas boyas contento, sonriendo y con una sensación de triunfo interior muy satisfactoria. Mirando hacia atrás veo poca gente, y me temo que aunque para mis tiempos he ido rápido, posiblemente esté entre los últimos. Pero al cruzar la linea de meta y consultar posteriormente las clasificaciones veo que estoy a mitad de la tabla.

Sólo he podido rescatar esta foto de mi llegada, capturada del vídeo oficial de la web.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

El tiempo final ha sido de 1h51m50s, quedando en el puesto 458 de 998.

Por parciales la cosas queda así:

  • 1km: 16:02
  • 2km: 33:47  (17:45)
  • 3km: 52:39 (18:52)
  • 4km: 1:11:14 (18:35)
  • 5km: 1:29:35 (18:21)
  • 6km: 1:48:15 (18:40)

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Desde luego debo estar contento. Es mi primera travesía, aunque intuyo que no será la última. Me ha gustado mucho más de lo que pensaba. Quizá el miedo a no terminar por cansancio y el afán de reservarme hayan lastrado un poco el tiempo final, pero nunca lo sabré. O quizá sí. En la retina me quedo con la imagen de una señora de unos 60 años bien entrada en carnes que llegó un poco antes que yo, y de chico que entró unos minutos detrás de mí, con una sóla pierna. Menudo campeón. 

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Con ejemplos así, ¿cómo no voy a motivarme?

NOTA: Fotos propias y de la web del Club Natación Alone (LINK).

Triatlon de Santa Pola 2013

El Triatlón de Santa Pola supone un doble reto para mí: segundo triatlon completo (ya he hecho dos duatlones) y segunda vez que vuelvo a la localidad alicantina después de la lesión en la Media Maratón del pasado mes de Enero. Afronto ambos con tranquilidad, la (poca) experiencia que ya voy teniendo en competición se nota. Qué lejos quedan aquellas 150 pulsaciones en la línea de salida de mi primera carrera, allá por Marzo de 2011.

Triatlon Santa Pola 2013

Esta vez, además, me acompañan mis tres mejores fans: mi mujer y mis dos hijos, en la mañana del domingo 9 de Junio. Ver la playa a rebosar, con casi 1.300 triatletas en la orilla esperando su turno no se me va a olvidar fácilmente. Por delante 1.000 metros a nado, 18,8 km en bici de montaña y 4,8 km de carrera a pie.

Triatlon Santa Pola 2013

Carente de una excelente forma física y consciente de que nunca quedaré entre los primeros en una carrera, me dicen (y sé) que tengo buena cabeza para el deporte. A pasión, fortaleza mental, fijación por los objetivos fijados, compromiso y fuerza de voluntad, no me gana casi nadie. Tanto en la vida profesional como en el deporte. Y para muestra este relato.

La salida del primer sector, natación, se realiza por grupos, y se produce puntualmente a las 10:00, con los federados (300 inscritos), sólo 3 minutos más tarde, salen las chicas, y 9 minutos después les toca a los de los gorros verdes, entre los que me incluyo. No sé por qué, pero me pongo en primera línea, arrastrado por la masa de gente. Una decisión que posiblemente haya sido clave. Suena el silbato y nos tiramos como locos al agua, viendo en el horizonte la mancha de nadadores casi cruzando el primer espigón.

Triatlon Santa Pola 2013

Comienzo bien, intentando controlar la respiración, el agua está tranquila y, pese a la cantidad de gente, no hay demasiados golpes. De vez en cuando levanto la vista para no perderme las boyas (no me pase como en Agramón donde realicé una trazada digna de un borracho) y veo que voy estupendamente, no tengo a casi nadie delante de mi grupo y me flanquean dos o tres nadadores por cada lado, incluso hemos llegado a la altura de algunas chicas. Pinta muy bien este sector.

Triatlon Santa Pola 2013

He programado el pulsómetro para que vibre a los 500m y así poder tener una referencia, levanto de nuevo la vista y veo que, aparentemente, sigo bien situado cuando de repente noto como alguien me pone el brazo en la parte trasera del hombro derecho. Sin tiempo a reaccionar, otro brazo se coloca sobre mi hombro izquierdo y entre los dos me hunden. Siento como una bestia parda pasa por encima de mí y sigue su camino. Menos mal que no he tragado agua ni me he llevado una patada. Miro hacia atrás, veo que somos ciento y la madre y algunos de los que han salido 3 minutos después de mi grupo, que son los más jóvenes, nos han dado caza. Me siento como un pez de acuario en medio del Pacífico, comenzar el primer tramo con una humillación así podría hundir a cualquiera, pero saco mi lado optimista (no tengo otro) y me convenzo de que debe ser uno de los que hará podio, por lo menos.

Triatlon Santa Pola 2013

Giro el segundo espigón y enfilo el arco de llegada en la arena con sosiego y seguridad al no ver ningún gorro verde por delante. Cuando toco fondo con los pies comienzo a correr y, voilá, miro que llevo 16 minutos largos, lo que significa que mis intuiciones eran ciertas y voy como un tiro, como demuestra la sonrisa que lanzo a mi familia, que está en la orilla gritándome de todo mientras me hacen fotos. El tiempo oficial de este tramo es de 18m27s, ¡haciendo el puesto 246!

Triatlon Santa Pola 2013

Paso bajo los arcos de agua para quitar un poco de sal y, sin dejar de correr ni un momento, me dirijo a los boxes. Hay muchas bicis, buena señal. Llego a la mía, bebo agua. Me pongo la gafas y el casco, el dorsal, los calcetines y las botas, y salgo como alma que lleva el diablo, arrastrando la bici con una mano. Por un momento me siento Javier Gómez Noya. Todo el mundo sabe que si no te flipas un poco y disfrutas de las transiciones, ni eres un triatleta ni eres nada.

Comienzo el segundo sector confiado. Si sigo así, acabaré muy bien. Pero dura poco mi alegría. La carretera se pone patas arriba enseguida y comienza mi sufrimiento. Rampas de vértigo saliendo del pueblo en dirección a la Torre del Moro donde me adelantan muchas unidades. Está claro que mi talón de aquiles es la bici, se nota que es lo que menos entreno y estoy pagando las consecuencias. Aún así, sonrío cuando miro a cámara y voy dando ánimos a los que me adelantan como balas.

Triatlon Santa Pola 2013 Triatlon Santa Pola 2013

A mitad de recorrido comienza una falsa bajada, con un terreno pedregoso que provoca algún pinchazo, y más o menos, continúa así hasta que volvemos al pueblo. Viendo luego el perfil, no es especialmente duro, pero se me atragantó muchísimo. Al final consigo, más o menos, seguir la rueda de un grupo. Lo malo de la salida escalonada, es que no sabes realmente dónde estás en carrera, puede que adelantes a alguien que saliera antes que tú, o viceversa. Es mejor no pensar mucho en eso. Aún así, me siguen adelantando sin parar, excepto en la zona final, de bajada más pronunciada, donde saco mi lado positivo (soy buen bajador), y consigo recuperar algunos puestos.

Triatlon Santa Pola 2013

Tiempo de este sector: 46m23s, quedando en el puesto 442. Al final me han adelantado unos 200 ciclistas, que se dice pronto, y he tirado por tierra todo lo conseguido en el primer sector. De nuevo, podría haberme hundido en la más absoluta miseria, pero no, saco fuerzas de niyosedónde, dejo la bici en la percha, cambio de zapatillas, me quito el casco, giro el dorsal y me lanzo a correr, convencido de que es mi mejor sector hasta la fecha y tengo que alcanzar todo lo perdido en las dos ruedas.

Triatlon Santa Pola 2013 Triatlon Santa Pola 2013

Encaro el tercer sector concentrado en estos pensamientos, y deseando llegar a meta con buena cara al ver a mi familia, pongo la directa desde el primer metro, haciendo unos muy buenos parciales y adelantando mucha gente. Tiro de cabeza para pensar que, como mucho, quedan 20 minutos y poco, así que pienso exprimirme. Sigo pasando gente, recuperando parte del terreno perdido en la bici. Algunas caras me suenan y me reconforta pensar que puedo volver al puesto en que salí del agua… Se hace dura la parte final, sobre todo al girar y dar la vuelta por el paseo marítimo, junto a la orilla del mar, pero aprieto un poco más y… ¡consigo un parcial de 4:24 min/km y el puesto 252!

Triatlon Santa Pola 2013

Cruzo la meta con una sonrisa de oreja a oreja. Satisfecho de este tercer sector y de la carrera en general, en la que acabo en el puesto 323 de la general (de casi 1.300 participantes) con un tiempo total de 1h31m55s. Puedo estar más que contento. Aprovecho para dar un Sobresaliente a la organización, se nota que saben lo que hacen, y al público, que no dejó de animar en todo el recorrido. Acabo este relato volviendo al inicio, convencido que una gran parte del éxito en cualquier cosa que te propongas está en la mente. No hay dudas de que entrenar ayuda, está claro, pero la fuerza de la cabeza es el plus que hace superarte día a día. Al menos a mí me funciona.

NOTA: Fotos propias y de la web Triatlon Santa Pola 2013.